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El mayor ayudo al rubio a bajar del autobús, quien mantenía la vista baja, tambaleándose debido al mareo persistente, sujetándose por el brazo del azabache, y se fueron de camino a la casa de Yoongi.

Jimin ya había dejado de llorar, sin embargo, no había dicho ninguna palabra en el camino, no tenía ánimos de nada, su cabeza dolía un montón, y sus ojos pesaban demasiado, queriéndolos cerrar y descansar de una vez por todas.

Una vez llegaron a la casa del azabache, este toco la puerta esperando a que su madre le abriera, la cual luego de unos segundos se asomó sonriendo, cambiando su expresión enseguida al ver a su hijo.

-Yoongi, ¿Qué haces aquí?, deberías de estar en el instituto- mencionó frunciendo el entre ceño, abriendo la puerta completamente permitiéndole el paso, hasta que su mirada se topó con el menor se todos- ¿Qué le ocurrió al pequeñito?- preguntó viendo el mal aspecto del rubio.

-Por eso hemos venido, se sentía mal y lo traje con el permiso de mi tío- respondió el pelinegro serio, guiando al menor a su habitación seguido por su madre.

- ¿Se siente mal?, ¿Qué tiene?- preguntó preocupada la mujer, con su instinto maternal saliendo a la luz, mientras ayudaba al menor a recostarse en la cama de su hijo.

-Tiene la cara caliente- mencionó el pelinegro, tocándole la frente al rubio.

-Debe de tener fiebre, iré por unos paños húmedos, mientras ayúdalo a sacarse la sudadera y los zapatos- pidió saliendo de la habitación apresurada.

El azabache asintió, mientras acomodaba al chico quien apenas se movía, tratando de sacarle el polerón con cuidado de no pasar a llevar su brazo.

- ¿Te sientes muy mal?- le preguntó, mientras le iba quitando los zapatos.

-Tengo sueño- susurró el menor, restregándose sus ojos con su mano en puño, en lo posible de mantenerse despierto.

- ¿Dormiste anoche?- le preguntó dejando los zapatos de chico en el suelo, sentándose junto al rubio.

-No- murmuró mientras se recostaba de lado, mirando al mayor desde abajo.

- ¿Por qué?- le volvió a preguntar, recostándose igualmente mirando preocupado a su novio- ¿Estuviste toda la noche llorando no es así?

-Claro que no- negó frunciendo el entre ceño.

-Tus ojos me dicen otra cosa- susurró.

-No es nada- murmuró soltando un suspiro- solo tonterías sin importancia.

-Pero a mi esas tonterías si me importan, y me gustaría saberlas.

-Algún día te diré- le sonrió tiernamente, luchando por no cerrar los ojos.

-Cuidado Yoongi- dijo su madre, entrando a la habitación con una olla de agua, dentro de esta dos paños.

El azabache se sentó en la cama enseguida, viendo a su madre estrujar el paño sobre la olla, para seguido colocarlo sobre la frente del menor.

-Te levantare un poco la camiseta- avisó la mujer, levantándole como dijo la camiseta, dejando a la vista la blanquecina piel de su estómago, depositando otro paño sobre este- será mejor que descanses cariño.

-Gracias- susurro el rubio, cerrando los ojos ya no aguantando el sueño, se durmió enseguida.

-Yoongi- le llamó su madre a lo que el pelinegro le miro indicando que hablara- ¿Qué le ocurrió?, se ve terrible- preguntó preocupada.

No more smiles / yoonmin ADWhere stories live. Discover now