[C•O•M•P•L•E•T•A•D•A]
-Lo que llaman destino no existe
-¿Por qué lo crees?
-Es fácil -Respiró profundo mientras rodaba los ojos- Hay una causa para todo efecto y un efecto para cada causa
El pequeño lo miro con atención y después sonrió para soltar...
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—Me gustaría ir lejos —El castaño seguía encerrado en su casa. Jimin seguía yendo a visitarlo, tenía miedo de que Taehyung cayera en una especie de depresión. Ese también era el motivo por qué no había contado nada sobre el otro día.
Se sentía la peor persona de la historia, no podía ni mirarle la cara a Tae, pero tampoco podía dejarlo solo en un momento tan difícil para el.
—Taecito —Jimin palmeaba la espalda de su amigo. De verdad se veía decaído— Se que es algo contradictorio con lo que piensas, pero yo creo que es mejor ir con Jin y aprovechar los últimos días que le quedan acá.
Tae no quería escuchar a Jimin, odiaba que siempre tuviera la razón, odiaba que siempre pensara lo que era correcto.
—El nisiquiera me ha perdonado, estoy seguro de que no quiere verme y tomo su decisión por mi...
—Tae, disculpa lo que te voy a decir, pero dudo mucho que Seokjin se quiera ir por ti, por una simple pelea —Jimin estaba algo enfadado, odiaba ver a Tae de esa forma— ¡Siempre dejas que todo se arregle solo y después te arrepientes de los efectos que causan tus acciones! —Tomó un respiró, necesitaba calmarse— Sabes que eres mi amigo, que siempre voy a apoyarte. Pero odio que siempre te límites y nunca te arriesgues.
—Es difícil Jimin...
—No Tae, es fácil. El único difícil eres tú, por un momento en tu vida has lo que te dice el corazón, por una vez en tu vida deja de tener miedo y arriésgate. ¿Vas a tirar una amistad a la basura? ¿Vas a cortar toda clase de lazos con Jin?
El menor nego con la cabeza.
—Solo pido tiempo para pensarlo —La puerta principal se fue abriendo, dejando ver a Jungkook. El llevaba algunas bolsas de mercado en sus brazos y Jimin fue a ayudarle a cargarlas.
—Gracias
—De nada —Después de aquel mágico beso no volvieron a tocar el tema, Jimin de verdad se esforzaba por hacer creer que ese beso jamás había pasado.
—Hola Tae —Dijo Jungkook con una sonrisa y dejo una de las bolsas sobre la mesa. Jimin imitó su gesto y después se apoyo en una columna.
—Hola kookie, ¿Todo bien en el trabajo? ¿Por que traes estas cosas? —Pregunto refiriéndose a las compras.
—Sabía que Jimin estaba acá, y Jimin es buen cocinero, así que por eso lo compre —Jimin odiaba esa linda sonrisa, Jungkook parecía un tierno conejito. Uno demasiado adorable.
—Yo ya me iba...
—No, quédate a cenar con nosotros, hace mucho que no comemos otra cosa que no sea ramen —La dulce y tierna mirada de su amigo lo detuvo. Jimin no podía decirle que no a Tae.
Se sentía jodidamente mal...
—Esta bien, pero tienen que ayudarme a picar —Los dos asintieron, Jimin creyó que eran muy lindos en ese momento.
