—No te atrevas, hijo —le ordenó su padre interponiéndose entre los dos—. O yo seré él que te obligue a seguir con tu matrimonio.

—No quiero seguir cerca de esa mujer, no quiero una vida de familia y de matrimonio, nunca lo he querido y lo sabes.

—¿En serio? —di varios pasos hacia a él—. Pues no te creo.

—Pues no me creas pero necesito que firmes esos papeles.

—Ya te dije que no lo haré y no me puedes obligar.

Dean me mira y después comienza a reír.

—¿Te crees muy fuerte, cierto? —preguntó con un tono burlón—. Te crees muy fuerte escudándote con mis padres y escondiéndote con ellos, pero a la hora de la verdad no eres nada, apuesto que ni siquiera sabes disparar.

—No me interesa demostrarte nada —volví a caminar hacia él hasta estar delante de mi suegro—. Pero eres mi esposo ante Dios y ni tu ni nadie cambiará eso, ni siquiera un papel.

Dean me mira fijamente, su sonrisa desaparece y ahora está tenso.

—Probablemente esa terquedad fue la que hizo que me enamorara de ti, pero ya no funcionará, no me interesa eso ahora.

—Solo... no lo firmaré y ya.

—Bien —dijo él abriendo la puerta del auto—, pero prometo que haré que te arrepientas de todo esto... ¡Ah! y mamá —dijo mirándola y llamando su atención—. No te metas en esto.

—O-bli-ga-me —dijo la mujer provocándolo—. Cuando recuperes la memoria me lo agradecerás.

Él no responde ni dice nada, solo se sube a su auto y se va, camino al interior de la casa y subo a la habitación de los niños, Elizabeth esta asomada en la ventana.

—¿Ese era papá? —preguntó mirándome.

—Si mi cielo —dije caminando hacia ella.

—¿Y por qué se fue? —preguntó llorando sentándose en mis piernas.

—Porque papá tiene mucho trabajo mi cielo —dije limpiando sus mejillas—. Ha sido difícil para él, su trabajo no es fácil.

—¿Y de que trabaja papa?

Rayos...

—Él es comerciante, vende cosas cariño —dije agarrando un peine para desenredar su cabello.

—¿Se volverá a ir? ¿Cierto? —preguntó triste.

—Solo por un tiempo, pero te prometo que volverá y nos iremos muy muy lejos de viaje ¿A donde te gustaría ir?

—A disneyland —dijo mirándome con una sonrisa.

—¿Si? ¿Quieres una foto con minie?

—¡Y con Elsa!

—Bueno entonces apenas venga papá nos iremos mucho tiempo disneyland.

—¡Yupi! —exclamó emocionada.

—Dale tiempo para que consiga mucho dinero y te puedas montar a todos los juegos.

—¡Si! ¡disneyland! —exclamó ahora emocionada.

—¡Si! ahora vamos a cenar.

Después de la cena la llevo a dormir y después me encargo de dormir a Ethan, cuando estábamos en casa solo Dean y yo podíamos dormirlo, Meiling nunca pudo hacerlo, cuando por fin pude dormirlo me acuesto a su lado, es tan hermoso y perfecto y me tranquiliza un poco el hecho de que mi bebé no recordará nada de esto, no supe en que momento caigo dormida y cuando despierto mi bebé sigue a mi lado, está completamente acurrucado contra mi costilla, me levanto con cuidado pero solo fue separarme un poco de él para que se despertara, lo cargo y me lo llevo a la cocina en donde la mujer nueva se encuentra haciendo el desayuno.

—¡Tan temprano! —dije caminando hacia su lado.

—La señora se irá de viaje temprano y necesita comer —dijo la mujer sin ningún ánimo.

—Entiendo —murmuré algo incomoda sintiendo la indiferencia de la señora.

Dejo a mi bebé en su silla y le preparo su comida, tomo asiento frente a él para darle de comer y comienzo a reír al ver el desastre de comida que está haciendo con su boca, él come y ríe conmigo, mi bebé se ve feliz y eso me da felicidad, la mujer solo me mira sobre su hombro y después se da la vuelta, no me está agradando mucho eso, cuando Ethan termina de comer lo levanto y lo llevo a la sala, en donde la señora Aura esta con su teléfono arrastrando las maletas.

—Emily, lo siento tendré que dejarte con los niños —dijo la mujer abrazándome—, ¡¿Cómo amaneció mi hermoso bebé?! —exclamó la mujer de forma tierna tratando de cargar a Ethan pero él se niega a soltarme—, ¡Claro! tenia que venir tu madre para que me desprecies —dijo ella jugando con sus cachetes haciéndolo reír—. Por favor cuídalos mucho, volveré en la noche o mañana en la madrugada.

—Esta bien —dije dándole un beso en la mejilla a Ethan.

Despido a la mujer en la puerta y cuando voy a entrar escucho un auto, cuando me doy la vuelta veo a Dean, inmediatamente intento cubrir los ojos de mi bebé pero es demasiado tarde, ya lo había visto y se volvió completamente loco pidiéndole a Dean que lo cargue, Dean simplemente se paraliza cuando lo ve, empieza a tragar saliva como loco y su rostro se palidece, esa mirada de confusión se pinta en sus ojos y después de un momento veo como cae de espaldas en cámara lenta, se desmayó.

fuertes lazos Where stories live. Discover now