Una y otra y otra y otra vez

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—¿Por qué lo haría? —Lo interrumpo curiosa y lo miro atenta.

—Tal vez tú pensabas que yo solo te quería para una noche. —Explica.

—¿Y no fue así? —Pregunto.

—Si. Es decir, no. —Mira al suelo al responder. —No fue así. 

—Mira, Shawn. Esa noche quería pasarla bien. Estaba un poco tomada. Tú estabas ahí, te veías muy bien, y no sé qué se me cruzo por la cabeza cuando me acerque a ti.

—¿Entonces todo fue planeado?

—No hubo nada planeado. Pensé que tú también querías divertirte esa noche porque nunca me dijiste que no, y por eso también acepté quedarme en tu hotel. —Digo harta.

—¿Entonces qué?

—No lo sé. No sé qué esperas que yo haga. —Reniego.

—Ahí estas. —Aaliyah se cuelga de mi brazo. —¿De qué hablan que tanto tiempo les toma? —Mira a su hermano y luego a mí.

—Sam me estaba contando de la vez que te caíste del patín por quedarte mirando a un chico.

—Eres una chismosa. —Me mira la castaña. Me alzo de hombros y sonrío inocentemente.

—Tengo que ir al baño. —Me disculpo y Aaliyah saca su brazo del mío. Intento sonríele a Shawn cuando hacemos contacto visual, pero lo único que logro es hacer una mueca.

(...)

Llegamos a casa, y mamá sube a su habitación a cambiarse de ropa.

—¿Tienes hambre, cariño?

Niego. —Voy a tomar agua.

—Bueno, yo me iré a dormir. Apagas las luces cuando termines aquí.

—Buenas noches.

Papá desaparece de mi vista. Lleno el vaso con agua y me lo termino en menos de tres segundos.

Si tan solo él no se hubiera presentado, todo hubiera ido bien. Pero era algo difícil, era el cumpleaños de su mamá. Aún así, hubiera sido mejor que no me hubiese hablado y hubiese dejado las costas como estaban. Ahora tenía un lío en mi cabeza. Shawn me había dado a entender que yo le gustaba, y yo no estaba cómoda con esa idea.

Al día siguiente, la llamada de Brian me despierta. Agarro mi celular como puedo y contesto.

—¿Qué hora es y por qué me llamas tan temprano? Estaba durmiendo. —Balbuceo.

—Sam, son la una de la tarde. No es temprano.

Bufo. —Tengo sueño, Brian.

—Si si, como sea. Solo te llamo para hacerte recordar que hoy a las seis tienes que estar en el departamento de Shawn. Sin falta, como lo prometiste.

—Si, no te preocupes. No lo había olvidado. —Miento.

Sigue durmiendo, entonces. Nos vemos luego, te quiero.

—Ya lo sé.

—Já. Graciosa. —Río y él cuelga.

One Shots (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora