One Shots (Shawn Mendes)

¿B de Brian o B de baboso?

—¿S de Shawn? Querrás decir S de zopenco. —Se burla Matt.

—Zopenco es con z, imbécil. —Responde él, sin un solo gramo de diversión en las palabras.

—Ya, basta. Parecen niños.

—Soy tu novio, deberías de estar de mi lado.

—Soy tu novia, debería de decirte lo que está bien y lo que no.  —Le regalo la mejor sonrisa falsa que tengo a Shawn y me recuesto de nuevo en la silla.

—Al menos Megan si es buena novia, Matt. —Lo oigo decir.

Levanto las gafas de sol de mis ojos y lo miro con detenimiento. ¿En serio ha dicho eso? Bueno, si él quería jugar sucio, yo jugaría asqueroso.

—Oye, no quieres intercambiar de novio. Es que Shawn la tiene muy pequeña. —Fijo mi vista en Meg y ella deja salir una carcajada de sus labios.

—Lo siento, Sam, no quiero pasar un mal momento en la cama. —Se encoge de hombros, siguiéndome el juego. 

Los presentes también sueltan una carcajada que se escucha hasta el otro edificio. La cara de Shawn no es de fastidio, sino una de burla, mezclada con sed de venganza.

—Ya, pero si después estás que me llamas a media noche diciéndome que te excitaste con solo pensar en mí.

—¿Yo? Por favor. ¿Acaso no recuerdas lo que-

—Cállense los dos. —Brian me corta y hace que cierre la boca. Me cruzo de brazos algo ofendida. Por si no lo han notado, no estoy acostumbrada a perder. —Mi turno. ¿Verdad o reto, Sam?

—¿Que? —Pregunto resignada. —¿Por qué yo?

—Solo responde.

—¿Reto? —No estoy segura de mi respuesta, pero sé que escoger verdad iba a ser muy aburrido. Ellos ya se sabían casi toda mi vida sexual.

—Uhm... ¡ya sé! Todo vale, y las quejas no son válidas. Así que prepárate.

—¿A que te refieres? —Pregunto confundida.

—Ya verás. —El rubio me guiña un ojo y se queda pensando unos segundos. —Llama a tu amiguito ese, el que actúa, y dile que tuviste un sueño erótico con él y que tienes unas inmensas ganas de verlo.

—¿Levi? —Justo cuando pronunció su nombre, veo que Shawn ruedo sus ojos. —Sabe que tengo novio.

—¿Que no dijiste que estaba cagadísimo por ti?—Señala Brian. No digo nada, y cojo mi celular para marcarle.

Todos esperan a que su voz se escuche por el teléfono. Shawn tiene una cara indescifrable. Probablemente no le agrade mucho la idea, pero no dice nada y se queda mirándome como los demás.

—¿Samy? —Su acento australiano se hace notar apenas me contesta. Miro a mis amigos, y todos se tapan la boca para no lanzar una risotada.

—Levi, hey, ¿cómo estás? —Sueno alegre, a pesar de que también quiero reír. Una pizca de culpa me invade, pero lo ignoro inmediatamente.

—Muy bien, ¿cómo estás tú? ¿Que haces? —En su voz hay algo que me hace creer que sigue interesado en mí. La forma en cómo me ha respondido me hace creerlo.

—Igual que tú, me lo estoy pasando de maravilla. —Respondo, y silencio el lado del speaker con mi mano cuando Brian alza la voz.

—Dícelo, rápido. —Hago una seña con la mano para que se callase y vuelvo al teléfono.

—De hecho, hay algo que quiero decirte. —Probablemente mi voz salió algo temblorosa. —La razón por la que te llamé... es para decirte que hoy tuve un sueño erótico contigo. Tú habías venido a Canadá y fuiste a visitarme, la cosa es que terminamos en mi cama, lo hicimos y... —Me callo. Del otro lado de la línea solo se escucha la respiración de mi amigo australiano. —La cosa es que no he podido sacarme eso de la cabeza y creo que hice bien al habértelo dicho. —Cuando termino de hablar, me tapo la boca para no delatarme. Los demás miran el teléfono expectantes, siguen con la boca tapada, aguantándose las ganas de reír a mares.