Estoy contenta, podría decirse que después de días de desazón, vuelvo a sentir un poco de felicidad. Un poco de esperanza. Adrien no me ha engañado, entonces puedo confiar en él. No me ha mentido, no jugó conmigo. Y saber ello hace que todo, todo cambie.
—¡Mamá, voy a salir!— anuncio desde el umbral de la puerta, con un pie a fuera.
—¡Espera!
Me detengo, y veo a mi madre salir de la cocina.
—¿A Dónde vas? Pronto va a oscurecer.
—Tengo que ir… a— No quiero mentir, no quiero mentirle nunca más—. Tengo que ir a ver a Adrien, debo hablar con él.
Mi madre me escruta con los ojos bien abiertos. No sabe mucho acerca de lo que ha sucedido conmigo y con Adrien. Pero sabe que ya no estamos juntos, me ha visto deprimida todos estos días, y sabe perfectamente que él es la razón.
—Por favor, prometo no venir muy tarde.
Mi madre suspira.
—¿Estarás bien Liz?
—¡Claro que sí!— contesto con entusiasmo, respiro hondo y con menos euforia añado—. Sólo hablaré con él, y luego volveré a casa. Pero todo estará bien.
—Bueno, anda, ve— Desiste mi madre, sonriéndome al final de la oración.
Sonrío, y me acerco a ella para darle un abrazo antes de salir corriendo.
Creo nuevamente que es posible hacer realidad lo que soñamos juntos, Adrien y yo. Creo que podemos ser felices, después de todo, Roxi ya no estará para meterse en nuestros asuntos, y Andrea, bueno a Adrien le tiene sin cuidado Andrea. Y a mí tampoco me importa ella. Tampoco él tendrá que preocuparse por Dante, oí que conoció a una chica y ha decidido comenzar algo con ella. Tal vez sólo tenga que ocuparme de hablar con Nicolás. Pero sé que él comprenderá. No parece ser una persona rencorosa.Sí, todo mejorará. A partir de ahora las cosas se acomodarán.
***
Llego al apartamento de Adrien, y subo a las corridas las escaleras que me separan de su residencia. Mi apuro no me ha permitido esperar por el ascensor.
El corazón me palpita con fuerza en el pecho, y no sólo por haber estado corriendo, sino también por la euforia, la ansiedad y los nervios. Necesito ver su rostro y llenarlo de besos. Pero no, es todo demasiado abrupto, y sé que debemos primero hablar sobre lo que Roxi me ha dicho, y luego recomponer la relación.
Toco la puerta y espero.
Pasan segundos, y nadie viene a atender.
Mierda, espero que todo esté bien, que él esté bien.
Observo la hora de mi celular, son las ocho y media de la noche. No es demasiado tarde.
Vuelvo a tocar, pero pasan los segundos y nadie me responde.
Cuando estoy por rendirme, e intentar abrir la puerta por mi cuenta, esta se abre, y dándome una extraña sorpresa.
—¡Liz! ¿Qué tal?
La figura bien agraciada de Jennifer y su casi perfecto rostro me reciben.
—Ah, hola— digo con desconcierto.
Ella continúa con una sonrisa.
—Está… vine, a…— tartamudeo.
—¿A ver a Adrien?— dice con suspicacia.
Asiento.
—Sí.
Bueno, es obvio que sí me aparezco en la puerta de su apartamento es porque vengo a verlo a él.
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Mirarte Dolía |Completa
Teen FictionAdrien es mujeriego Adrien es problemático Adrien no es el príncipe azul Adrien es un desastre Adrien te haría mucho daño... ¿Pero importo algo de todo eso? No, él tenía el corazón de ella en sus manos, y ni siquiera era consciente de cuanto ella...