Capítulo 62 ♡

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~Adrien~

Si no estuviera ella conmigo aquí mismo, ya habría tirado todo a la puta mierda, ya habría ido en busca de Ariel para ir juntos a comprar cocaína o visitar al Colorado que tiene las plantas de marihuana, o habría ido a lo de Carlos a pedirle LSD, crack, lo que sea para calmar la maldita abstinencia. Pero luego miro a Liz, con sus ojitos marrones mirándome llenos de ilusión, con su sonrisita inocente; y entonces eso me llena de valor para soportar un día más. Espero que con el tiempo deje de sentir esta necesidad, Liz dice que voy bien, que está orgullosa de mí y eso es suficiente. No quiero rendirme.

Doy una calada de mi cigarrillo, y exhalo el humo. La ventana está abierta, son las siete de la tarde y el sol está cayendo, la vista que ofrece la ventana de mi cuarto se torna esplendida.

—¿Tú estás bien?

Dirijo mi mirada hacia Liz.

Esta acostada en la cama, con los pies arriba y la cabeza apoyada en mi estómago mientras lee una novela. No sé qué novela, me contó de qué iba, pero se me ha olvidado.

—Sí ¿Y qué tal tu libro?

Esboza una sonrisa que hace quiera comérmela a besos.

—Muy bien— responde con entusiasmo.

Le veo la intensión de querer contarme partes de la novela, y espero a que lo haga, pero no lo hace, y me sorprende con otra pregunta.

—¿Ya has pensado en que harás con lo de la universidad?

Deja su libro a un costado, y me otorga toda la atención. Observo su rostro moreno, la luz del sol que entra por la ventana ilumina la mitad de su cara, realzando sus facciones. Sería perfecto sacarle una fotografía en este preciso momento, con la mitad del rostro iluminado, sus labios sonrosados, el bretel del sostén cayendo delicadamente por su hombro, y su cabello oscuro desparramándose entre mi cama y mi estómago.

—No iré a la universidad— respondo dando otra calada, y regresando mi mirada hacia la ventana.

—¿Y entonces que harás?

La miro de reojo, ella ve hacía el techo.

—No lo sé, algo haré.

¿Por qué le preocupa tanto? Debería ser algo que sólo me preocupase a mí, no obstante ella está aquí, preguntándome que pienso hacer con mi futuro.

—Adrien— Ahora sí, sube su mirada hacía a mí, y no puedo ignorar sus ojos, así que la miro—. No puedes vivir de las carreras clandestinas... ¿Lo sabes, verdad?

No contesto. Pero lo sé. Es sólo que, no soy bueno en nada más.

—Adrien...

—Liz, no iré a la universidad— Vuelvo a decir terminante.

Ella suspira con fuerza, y se incorpora.

Mierda.

—Iré a cambiarme, ya ha oscurecido y debo volver a casa— anuncia tomando su libro y levantándose de la cama.

—Te amo Liz— digo antes de que salga del cuarto.

Voltea a medio camino, y sonríe.

—Yo también Adrien, eres a quien más amo.

~Liz~

—No sé ¿Ahora?... vale, intentaré llamar a Adrien, para pasarnos un rato.... Si no te preocupes, no iré sola. Iré con él, bueno si es que voy.

Corto con Vic y envío un mensaje a Adrien.

"Vic me ha invitado a una fiesta ¿Vamos?"

Mientras espero a que me responda voy hasta la heladera y saco una jarra con agua. No sé si estoy para fiestas, pero Vic ha insistido con que quizá sea la última fiesta en la que estemos todos los estudiantes del último año. Así que me ha convencido por ese lado. Aparte en febrero comenzaré el curso intensivo para ingresantes de la universidad, así que ya no podré salir de fiestas casi nunca.

Mirarte Dolía |CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora