Mirarte Dolía |Completa

Capítulo 1 ♡

Adrien Sullivan, pasa por mi lado y su brazo roza con el mío. El corazón se me acelera, y mi mirada lo sigue mientras se marcha. No puedo dejar de mirarlo. El sólo hecho de que me rozara al pasar, ha hecho que largue un suspiro de amor. Mis amigas están a mi lado, de pie. Siguen charlando, pero yo ya no las escucho. Mi mirada se encuentra en Adrien. Observo cada uno de sus movimientos, se acerca a sus amigos, y se pone a platicar con ellos. Empiezan a reír, quizá de alguna idiotez, o quizá de algo que alguien haya dicho. Su sonrisa me encanta. Hago una mueca. Ojalá él me sonriera de esa manera, pero él no sabe que existo. Ni siquiera sé si sabe cuál es mi nombre.

Adrien es mi compañero en tres materias, química, literatura y matemáticas, no obstante nunca hemos cruzado una sola palabra. Llevo enamorada de Adrien tres años, desde aquella vez en que nuestros ojos hicieron contacto visual, entonces me percate de su existencia y me perdí en la claridad de aquellos hermosos ojos color celeste.

—¿Qué están haciendo los chicos?—Pregunté a mi amiga.

Nuestros compañeros estaban subidos a la mesa, e intentaban mirar por la ventana, se reían, saltaban sobre las sillas y gritaban.

—No lo sé, pero si siguen comportándose así, van amonestarnos a todos, parecen primates— comentó otra de mis amigas.

Torcí los labios en una mueca y seguí mirando a mis compañeros de clase.

Uno de ellos, bajó de un salto de la mesa, captó mi atención al instante y en el momento en que levantó su mirada, mis ojos encontraron los suyos.

—Oh por dios—murmuré.

Fueron los ojos más hermosos que vi en mi vida, los ojos más llamativos que jamás he visto ¿Cómo no perderse en ellos?

No pude sostener semejante mirada, rápidamente aparté la vista.

—¿Quién es él?— pregunté a mis amigas, volviendo mi vista al chico.

Ahora estaba hablando con otro de sus amigos, apoyado en la pared.

—Adrien Sullivan, era del turno de la tarde, pero lo pasaron a la mañana porque se metió en una pelea—me contó Roxi, una de mis amigas.

Asentí.

—¿Por qué lo preguntas?— preguntó Vic.

Sonreí con timidez y dije:

—No lo sé... creo que ese chico me gusta.

Desde esa primera vez en que lo vi, y mis labios pronunciaron esas cuatro palabritas, supe que Adrien se convertiría en mi más hermoso calvario.

Me gusta estar enamorada de él, pero sería lindo si él lo estuviera de mí. Mi vida se resume en pensar en él, seguirle el rastro de todo lo que hace y esperar a que algún maravilloso día note que existo.

Han pasado tres años, y aún nada.

—Liz.

—¿Qué?—Pregunto mirando a mi amiga Roxi.

—¿Qué estas mirando?—pregunta cruzándose de brazos.

—Seguro está mirando a Adrien, acabó de pasar muy cerca de nosotras hace sólo un momento— dice Vic.

Otra de mis amigas, Karol, se pone a la par mía y observa.

—Tienes razón, Adrien está a unos metros—confirma.

—¿Por qué no le hablas?—me pregunta Roxi.

—¿Cómo crees?—digo con vergüenza—.  Jamás se fijaría en mí, él sólo... sólo sale con chicas rubias y altas... y con un cuerpo de muerte.