Capítulo 34

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—Eres la primera persona que Drew nos presenta. —Bianca le informó a Blair mientras la mujer arreglaba el cabello rojo de la chica.

—No es como si hubiese sido iniciativa suya todo esto. —Blair dijo con una pequeña sonrisa.

—Si ella hubiese querido, hubiese guardado silencio y no mencionarte. Créeme que ha pasado. —Blair no pudo evitar sonreír. —Puedo notar en tus ojos de que estás enamorada de mi hija.

—Desde el primer día en que le vi. —Blair confesó.

—Me alegra escuchar eso, según el informe de Teresa todo parece estar bien contigo, así que te pido que le cuides. Drew siempre quiere parecer muy dura y fuerte, pero con Jeffrey sabemos que por dentro sigue siendo tan frágil como el primer día que la tuvimos entre nuestros brazos.

—Haré todo lo posible para hacerle sentir feliz.

—Sé que lo harás.

Luego de que almorzaron en un raro almuerzo, en donde las hermanas en la mayor parte del tiempo se quedaron en silencio, prefirieron escapar de la situación incómoda y prepararse para el evento de caridad en Blackland. Bianca se había ofrecido a ayudar a Blair en todo, más bien obligó a la pelirroja a aceptar para conocer de mejor forma a la pelirroja que salía con su hija.

Las mujeres bajaron a la sala en donde Jeffrey luchaba con el corbatín y fue Bianca quien terminó ayudándole, lo cual le pareció tierno a Blair. Se sorprendió al notar lo enamorada que seguía la pareja a pesar de los años, según ella, aquello no era normal en Hollywood por los estilos de vida que debían llevar. Estaban esperando al resto de personas en la sala cuando escucharon gritos del segundo piso.

—¡No me toques! —Pronto vieron aparecer a Drew seguida de Carolina junto a Teresa quien parecía estar mediando la situación. —Te he dicho en más de una ocasión cuanto me desagrada que invadas mi espacio.

—No me trates como si fuese una extraña, soy tu hermana.

—¿En serio lo eres?, porque una hermana no haría un montón de cosas que hiciste tú.

—Drew. —Teresa se acercó a la castaña al notar la mirada del resto en ellas, pero Drew le miró de forma fría congelando sus pasos. La chica se había enfadado.

—Vamos, dime todo lo que quieras decirme.

—Creo que no es momento. —Jeffrey dijo nervioso al ver la pelea de sus hijas a la distancia, en el fondo temía meterse en medio del fuego cruzado.

—No lo sé, acostarse con la persona que me gustaba, en más de una ocasión. Hacerle creer al mundo de que soy tu réplica, cuando ambas sabemos que no es así. Quemar uno de mis álbumes de fotos cuando teníamos 8 años, me llevó semanas convencer a papá de comprarme esa Polaroid. Perder a Misifu.

—¿Misifu? —Blair preguntó confundida.

—El peluche favorito de Drew desde que nació, Carolina lo perdió en Disneyland. —Bianca le explicó.

—Sin olvidar que cuando te conté lo de Jackson no me creíste en meses. —Y aquello salió con el resentimiento que hería a Carolina con facilidad.

—Drew, ¿Me enseñas la casa? —Blair se acercó como si no hubiese escuchado nada atrayendo la atención de la castaña que noto su alrededor.

—Eso, vayan por ahí. En un rato llegará la prensa junto a las y los invitados. —Jeffrey dijo fingiendo una sonrisa.

—Vayan a hacer cosas de pareja. —Teresa siguió.

—Y recuerden que esta es nuestra casa y tenemos cámaras en todas partes. —Bianca les informó y Drew sólo asintió antes de darle una mirada a Carolina quien tenía sus ojos cristalinos, la castaña tomó la mano de Blair para llevarle al gran jardín mientras Teresa llevó a Carolina a su habitación para que la chica tomase aire.

Desde lo de Jackson la relación de Drew y Carolina se había roto, aunque la mayor ha tratado todos estos años de solucionar las cosas cuando avanzaba un paso retrocedía dos, Drew trataba de poner de su parte al reconocer el esfuerzo de su hermana mayor por reparar todo, pero siempre había un punto de quiebre y es que, a veces Carolina podía ser un poco invasiva en el vida de Drew.

—Le detesto. —Drew gruñó caminando por el gran jardín que tenían, Blair se sorprendió al escucharle.

—Es tu hermana.

—No se comporta como tal. —La castaña se cruzó de brazos. —Lamento que todo esto sea tan incómodo.

—Restando tus peleas con Carolina, ha sido una buena noche hasta el momento. —Blair le miró con una sonrisa que hizo relajar a Drew. —Además, me encanta este vestido.

—Te ves hermosa.

—Tú no te quedas atrás. —Blair le dijo de forma divertida haciendo sonreír a Drew una vez más.

—Lo sé, creo que lo único bueno de estas estúpidas fiestas es poder llevar vestidos tan bonitos. —Drew notó la mirada sorprendida de la pelirroja rápidamente. —¿Qué?

—Solo que nunca te imaginé diciendo algo así, no pensé que eres de ese tipo de persona. Vanidosa. —Le molestó.

—No soy vanidosa.

—Uhm, no lo creo.

—Es en serio, se trata de una cuestión de moda.

—Oh, así que también te interesa la moda. Otra sorpresa.

—Basta, Blair.

—¿Ahora descubriré que te gusta ser fotografiada? —Aquello le hizo sentir un escalofrío a la castaña y Blair notó como el semblante de Drew había cambiado. —Lo siento, no debí...

—No, tranquila. Pero no, no me gusta ser fotografiada, ni filmada, puedes notarlo porque he tratado de controlarme para besarte en todos estos minutos pues las cámaras de vigilancia lo ven todo. —Drew se encogió de hombros. —Sabía que debí convencer a mi padre de no quitar la casa en el árbol.

—Así que tuviste ese tipo de infancia. —Blair volvió a molestarle.

—Oh, vamos. Sabes que no puedes molestarme por el dinero de mis padres, fue un acuerdo de hace un año y... —Drew no pudo terminar de hablar cuando le dieron un golpe en la cabeza, la castaña se giró para ver a Teresa que le miraba con los brazos cruzados. —Hey.

—No estuvo bien lo que le dijiste.

—No quiero hablar de eso ahora.

—No me interesa, me vas a escuchar...

—Solo vienes a defender a Carolina porque sigues enamorada de ella.

—No, idiota. No vengo a defender a Carolina, ni sigo enamorada de ella, vengo a decirte que arregles de una vez por todas las cosas con tu hermana pues ella ha tratado una y mil veces de arreglar su error. Se equivocó, ambas lo sabemos, pero no puedes castigarle toda la vida, ella en serio se arrepintió y a veces es algo pesada, pero sigue siendo tu hermana. —Teresa le miró seriamente. —Si te digo esto es porque quiero verte feliz.

—Vamos, Blair. Debemos ir a la alfombra roja. —Drew se volteó a mirar a Blair quien notó que la chica estaba pensando en las palabras de Teresa, pero aún así tomó su mano y le siguió. —Si vamos a pasar una noche de película, no quiero terminarla como una película de horror para ti, así que vivirás toda esta experiencia al menos las últimas horas que nos queden antes de ir a casa, ¿Bien? —Drew dijo sonriéndole.

—No es necesario...

—No se trata de eso, Blair. Se trata de empezar a disfrutar un poco todas las locuras que ocurren en mi vida. —Drew le sonrió empezando a caminar a la entrada en donde reporteros les esperaban y no temió en posar a un lado de la pelirroja que tenía una gran sonrisa.

Seth le había mencionado a Drew acerca del sueño de Blair de estar en una alfombra roja en el futuro y sabía que a pesar de todos el lío en el que se había metido, quería hacer que Blair se sintiera bien y poder cumplir al menos aquello. Aunque en su mente las palabras de Teresa se repetían, la castaña empezó a considerar a aceptar hablar con Carolina mientras los flashes llegaban a ella. Antes de volver a la fiesta, Drew se atrevió a besar a Blair quien sonrió inmediatamente. Al volver a la fiesta sorprendentemente pudieron sentir bien con su compañía ahí y Blair evitó parecer una fan cada un minuto al ver a algún famoso o famosa que admiraba.

¿Y Ahora Me Quieres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora