Capítulo 23

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Blair escuchó la bocina fuera de la casa y al ver por la ventana vio una gran camioneta negra, tomó sus cosas y vio como Seth abrió la puerta, el chico llevaba gafas de sol y parecía estar listo para la piscina.

—Vamos anciana, apúrate que aún nos espera un largo viaje y Bryan dice que Drew nos pagará unos helados para el camino. —Blair solo rodo los ojos antes de subir notando lo espaciosa que era.

—Señorita Blair, —El chofer le miró por el espejo retrovisor. —Drew le dejó un regalo debajo del asiento que está delante de usted.

—Gracias. —Blair le sonrió antes de tomarlo rápidamente ante la atenta mirada de los demás, al abrirlo notó que se trataba de protector solar, la pelirroja no pudo evitar sonreír, siempre lo olvidaba en casa y aquello provocaba que luego su piel quedara roja y en su cara aumentara el número de pecas.

—Vaya, sales con alguien millonaria como Christian Grey y tan solo te regala protector solar, esperaba algo como un bikini que dejara mucho a la imaginación, o algún juguete erótico.

—Seth. —Blair le dijo sonrojada al escuchar la risa de los demás.

Drew estaba en la silla de playa tomando sol mientras esperaba a los demás, todo el personal se movía por todos lados, estaban emocionados pues nunca nadie había ido a casa de Drew aparte de Teresa, ni siquiera cuando la joven castaña vivía ahí e iba a la escuela privada. La joven era bastante reservada con su vida y nunca fue una persona de muchas amistades, así que el personal de la casa de sus padres se encontraba feliz de poder conocer a las y los amigos de la castaña, ella había sido como una hija para ellos y, además, se encontraban felices de que al menos haya venido a casa luego de tanto.

—Drew, Bryan me ha dicho que llegaran en unos minutos.

—Gracias Mónica. —La castaña le sonrió a la señora luego de quitarse los lentes de sol para verle. —¿Me puedes hacer un favor? —La mujer asintió. —Iré a mi habitación un momento, si llegan antes de que baje ¿Podrían recibirlos y dejarlos en la casa de la piscina para quienes necesiten alistarse? —Mónica asintió y Drew se levantó. —Muchas gracias. —Y entonces la mujer lo notó, la joven estaba nerviosa, vio como sus piernas temblaban levemente. Sabían que esto era algo nuevo para Drew y debía ser algo difícil.

Drew caminaba de un lado a otro en su habitación pensando si aquello había sido un error, no podía evitar preguntarse qué pensarían los demás de ella luego de esto. Usualmente podía recibirles en su departamento, no era un mayor problema para ella, pero esta era la casa de sus padres y verían absolutamente todo, desde sus fotos de bebe colgadas en las paredes hasta los premios que había obtenido en su antigua escuela, sin olvidar los premios de sus padres y las portadas de revista en donde su hermana salía. Así que solo tomó su celular y llamó a la persona que siempre ha podido mantenerle tranquila en estas situaciones que le significaban estrés mientras se escondía en su cama.

—Vaya, es más rica de lo que imaginaba. —Seth bajó del auto viendo la gran mansión frente a él. La verdad es que todos parecían tan asombrados como el chico, ver la realidad de las y los famosos era muy diferente a ver sus grandes casas en televisión. —Que buen partido has ganado, Blair. —El chico le dio un golpe juguetón en el costado a la pelirroja quien reaccionó en ese momento.

—Jóvenes. —Una mujer mayor abrió las grandes puertas de la entrada. —Por favor, adelante. Los esperábamos. —Los primeros en entrar a la mansión fueron Anastasia junto a Isaac quienes parecían menos impresionados respecto a todo, pero en realidad, solo trataban de no quedarse mirando cada cosa y hacer la situación lo más normal posible. Cuando todas y todos entraron el servicio se encargó de todas sus cosas pese a las insistencias de ellas y ellos llevándoles al patio trasero. —Estamos a su disposición, pueden ocupar la casa de la piscina para prepararse, tiene dos habitaciones y un baño. Drew nos ha pedido que le disculpen, en un rato ella bajará, se está ocupando de algunos asuntos.

Teresa entró a la casa escuchando a lo lejos al grupo de jóvenes que se encontraba hablando en el patio y la música que supuso podría ser de Seth, esperaba no haber tardado tanto y solo subió rápidamente a la habitación de la castaña que se encontraba escondida bajo las mantas. Se sentó a su lado y Drew salió de su escondite, al menos su cabeza lo hizo.

—En serio debo quererte demasiado, estaba viendo un buen episodio de Hannah Montana en la televisión. —Drew solo rodó sus ojos. —No entiendo para que les has traído si no los quieres aquí.

—Quizás fue la presión social. —Drew murmuró. —No es que no los quiera aquí, es solo que no estoy acostumbrada a este tipo de actividades sociales, soy muy torpe para las interacciones sociales.

—Debes dejar de hablar de aquella forma, es como si te autoevaluaras mentalmente y eso es algo raro.

—Solo repetí lo que me dijo mi terapeuta la última vez.

—Pensé que no te simpatizaba.

—Ella tenía razón en muchas de las cosas que me dijo, estaba en una etapa de negación en mi vida y la veía como una enemiga, además nunca fue mi decisión ir, fue de mis padres. En fin, ese no es el tema, Teresa. —Drew se levantó empezando a caminar por la habitación mientras su amiga le seguía con la mirada esperando de que volviese hablar. —Puedo escapar, la casa es lo suficientemente grande como para que no lo noten.

—Es tu casa, Drew.

—Les puedo decir que me he sentido mal y he decidido irme a casa, o...

—¡Familia volví a casa! —Drew miró a Teresa aterrada ante esa voz, era Carolina. La menor bajó corriendo por las escaleras y Teresa soltó un suspiro antes de seguirle abajo. —Hey, estas en casa.

—¿Qué haces aquí?

—He terminado antes mis sesiones de foto y volvi a casa por unos días, te ves asustada.

—Papa y mama no están en casa.

—Teresa. —Carolina le ignoró para ver a la chica que le saludaba desde la escalera. —¿Ustedes se estaban acostando o algo así?, porque te ves agitada.

—Dios, no. —Drew le dijo rápidamente y Teresa solo mantuvo su mirada sobre Carolina quien le sonreía. —Debes irte.

—¿Qué es esa música? —Carolina preguntó al escuchar la música que provenía del patio. —Dios, ¿Tienes una fiesta? —La menor se puso nerviosa al ver como su hermana mayor iba a tomar rumbo al patio, pero Teresa le detuvo.

—La estas estresando, Carolina. —Teresa miró seriamente a la modelo soltando su agarre en su brazo. —Drew, vamos un momento arriba mientras Carolina va a dejar su maleta a su habitación y prepararse para la piscina. —La menor asintió volviendo a subir a su habitación y las mayores se dieron una mirada. —No lo arruines, Carolina. Esto es importante para ella.

—Me tratas como si fuese la peor hermana del mundo.

—No lo eres, pero a veces no soportas no ser el centro de atención. Solo trata de no arruinarlo, es la primera vez que se ha arriesgado tanto y tú la intimidas.

—A veces creo que ustedes siguen teniendo esa extraña relación amorosa que tenían antes. —Teresa rodó sus ojos. —Bien, iré a ponerme mi bikini mientras evitas que salte de su balcón, trataré de no incomodarle más, ¿Contenta?

—Bastante. —Teresa volvió a la habitación de Drew mientras Carolina miraba hacia el patio notando la presencia de la novia de su hermana hablando con el rubio que había conocido en la fiesta de caridad que habían realizado sus padres. Entonces, Carolina tomó el verdadero peso a las palabras de Teresa y decidió darle una tregua a su constante hostigamiento hacia su hermana menor.  

¿Y Ahora Me Quieres?Where stories live. Discover now