Capitulo 4.

1.2K 92 21
                                    

(Continuacion Flashback)

Cuando abrí los ojos, seguía en la oscuridad. El sueño que había creído tener hace un rato se desvaneció, y no porque ella no estuviera ahí mismo, al contrario, e incluso había apoyado su cabeza en mi hombro.

Al inicio me sentí perturbado. Apenas y la conocía. Aquella chica de apenas de entre trece y quince años, tenía el más puro rasgo que había visto nunca jamas. Esas pestañas que adornaban sus ojos, le cubrían ligeramente las mejillas y, aquella nariz puntiaguda, estaba más respingona desde este ángulo. Su piel clara brillaba aun estando en las penumbras a lo que era sínicamente irónico.

¿Por qué ella habría pensado que dormir en mi hombro no la ponía en peligro?  

Negué con la cabeza por mis estúpidos pensamientos de hace unos segundos y me tape el rostro. No debía bajar la guardia. 

¿Por qué estaba tan tranquilo si ni siquiera le conocía? ¿Acaso debía confiarme?

La observe una vez más desde mi posición. Luego de verle el rostro una vez más, dirigí mi visión a la altura de su tórax y pude notar el notorio abultamiento. Trague saliva inconsciente.

¿Quién iba a decir que el chico en realidad iba a ser una chica? 

Quería moverme. No es que fuera realmente incómodo, pero... era una chica, y la primera que había visto en lo poco que recordaba. Tome una bocanada de aire para tranquilizarme, pero ninguno de mis intentos lo hacía. 

Claro que sabía de anatomía. La Fortaleza no solo se encargaba de probar con nosotros, de hecho nos instruían de este y muchos temas más para obtener los conocimientos básicos de cualquier persona con razonamiento. Y bueno, yo era un chico de apenas unos quince años. Si era cierto lo que recordaba, es que a esta edad las hormonas y la testosterona era lo que no nos dejaba pensar con claridad.

Las manos comenzaron a sudar y resople frustrado ante mi inquietud. No todos los días tenías una chica tan cerca.

Un balbuceo por parte de ella fue lo que me exalto un poco y me tenso, a lo que ella, pareció despertarla de su ensueño. La vi abrir aquellos ojos claros y parpadear. Me había concentrado tanto en observarla despabilarse, que cuando me miro, ambos nos entumecimos.

-No eras un sueño. – susurro.

Yo fruncí el ceño extrañado, pero seguía quieto. Era cómico. Verme como un completo idiota por una figura femenina, resultaba sumamente molesto. 

Ella se mantuvo inexpresiva. Incluso creí que iba a comenzar a golpearme o amenazarme con matarme por permanecer cerca de ella, sin embargo, solo se bastó en separarse un poco y desviar la mirada. Se estremeció y abrazo a su cuerpo para darse calor. 

Seguía tan al pendiente de sus movimientos, que ella me pillo. Intente guiar mi visión a cualquier otro lado para aparentar que no lo hacía. 

-¿Cuánto tiempo estarás aquí? – cuestiono de pronto.

-Cuarenta y ocho horas. – un suspiro abandono sus labios cuando le respondí.

-Bien, creo que vendrán por mi primero.

-¿Crees que hayan hecho esto a propósito? 

Ella se encogió de hombros y me di una patada mental. Ella estaba más escasa de recuerdos que yo. Y después de esa absurda pregunta, volvió el silencio. Yo no tenía ningún tema de conversación que no fuera maldecir este maldito lugar, así que me contuve de despotricar nada.

Return (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora