Capitulo 35

260 15 3
                                    


La mujer estaba perpleja. Tanto como si la que se hubiera despojado del casco no hubiera sido ella. Abrió la boca para intentar decir algo, pero era como si no supiera tampoco explicar el arrebato.

Buscaba respuestas del porqué de su acción. No nos conocíamos, eso era seguro. No reconocía su rostro.

-¿Por qué no me mataste? ¿Por qué no lo haces ahora?

-¡Cállate! – al fin soltó. – ¡No soy así!

-¿No eres una asesina?

-¡No he asesinado a nadie, ¿oíste?!

Lanzo el casco lejos de ella y aquel se estrelló en algún metal, ya que retumbo fuertemente en todo el lugar. Podría decir que estaba furiosa. Caminaba de un lado a otro como si rebuscara respuesta de lo que debía hacer ahora.

-Me reclute a la Justicia hace algunos meses. No he salido del centro de entrenamiento y todo lo que se, es sobre lo que ustedes le han hecho a la ciudadanía.

-¡Esas son mentiras!

-¿Vas a dejarme hablar? – replico.

Apreté la mandíbula y respire profundo para poder contener todo lo que tenía por decirle. En realidad, ahora parecía más sosegada por su semblante que yo.

-La Justicia afirman que hace unos años ustedes escaparon y ahora están dispersos por diferentes partes del país. Han llegado a asesinar por ansiar adueñarse de la humanidad. Es por tanto que nuestro objetivo se refuerza en dar con los Renegados prófugos. Nos han entrenado para capturar o matar si llegasen a poner resistencia. Te pille desde el pasillo. Te seguí en todo este tiempo para ver tus movimientos y darme cuenta que algo no coincidía. Estaba segura que eras uno de ellos, que tendría que capturarte. Para el género femenino, es difícil que podamos ser asignadas a una operación y anhelaba que llegaran a ver mis aptitudes. Esta es la primera vez que he hecho algo. Deseaba ganar puntos en mi adiestramiento y poder salir de aquí.

Luego hizo una pausa. Quizá estaba dudando, no estaba seguro. Por mi parte estaba ensimismado en todo lo que acababa de escuchar.

-No entiendo que es lo que tengo que ver aquí.

Ella volvió su atención a mí y se acercó lentamente. Su mirada marrón firme y decisiva.

-Quiero que seas totalmente honesto conmigo y me digas que es lo que está sucediendo realmente.

-¿Por qué haría eso? ¿Qué gano yo?

-Quizá no seas tú el primer hombre a quien yo mate. – aseguro con total seriedad.

Desconcertado, desvié mi visión y me mantuve en discrepancia. No estaba dispuesto a hablar de nada. Era una Agente de la Justicia más y era a quien menos debía confiarle nuestros asuntos.

¿Qué tal si era una espía directa de Russell?

-Pierdes tu tiempo. – asegure.

La mujer se colocó de cuclillas, más cerca de lo que pudiera esperar que lo hubiera hecho. No sé si desafiándome.

-No lo creo. Hace un tiempo que te descubrí, prácticamente te has entregado tú mismo.

-¡¿Y qué esperabas que hiciera?!

-Eso es lo que me pregunto yo. Pudiste haberme atacado. Pudiste haber abierto fuego. Inclusive pudiste haberte negado cuando se dio la oportunidad, en cambio apenas tuviste la idea de escapar.

Oprimí los dientes, furioso, y si no conociera mi temperamento, también le recalcaría que ella no tenía la menor idea de lo que decía. Pude haberle matado. En ese momento rememore cuando estuve a punto de dejarme vencer por esa mierda que me hacía salir de control. Por instantes me sentí perdido.

Return (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora