Capitulo 14.

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-Creo que es mejor que me vaya. — anuncio Agnes después de habernos quedado en silencio por algunos minutos. Comenzó a darse la vuelta para retirarse.

No quería dejarlo así. Necesitaba saber que era lo que estaba ocurriendo. No iba a dejar que después de todo este tiempo sin verla, se marchara sin siquiera dejarme las cosas claras.

-¿Qué es lo que sucede realmente, Agnes? No lo entiendo. ¿Es tan imperdonable lo que hice? — solté antes de que pudiera perderla de vista. Funciono, ya que se detuvo en seco.

La habitación estaba tan tiesa que el silencio no lograba rellenar el sonido de nuestras respiraciones. Ella se volvió lentamente hacia mí y se quedó mirándome por durante otros cuantos minutos más.

-¿Recuerdas que me confesaste exactamente? — pregunto ella en vez de responder a mi pregunta. Parecia muy decidida.

-Claro que lo recuerdo. — conteste confundido.

-Dime con exactitud lo que sucedió después de ahí. — exigió.

El dolor de cabeza regreso de vuelta. Eso no me impedía responder a sus preguntas, aunque realmente no lo creía necesario.

-Después de confesártelo todo por culpa del maldito suero, me llevaron a otra habitación y me sacaron más información referente a mi trato con William, lo que hice durante todo el tiempo fuera, lo que sucedió contigo y lo que estaba planeando hacer. Llevaron a Will a confesar mientras le daban una golpiza frente a mí y luego me golpearon hasta perder el conocimiento. Me encerraron y sedaron. Intente escapar en varias ocasiones sin éxito. Y el bastardo de Russell me hizo creer que te había asesinado. — finalice con dolor.

Los ojos de Agnes se abrieron con sorpresa. Abrió la boca en varias ocasiones como si quisiera decir algo, pero la cerraba sin agregar nada. La vi fruncir el ceño. Tal parece que no se lo esperaba.

-¿Cómo te hizo creer que me había asesinado?  — pregunto incrédula.

-Me mostró un monitor. Tú estabas en él. Aparecías recostada en la plataforma mientras intentabas librarte de alguna pesadilla. Al inicio no entendía porque Russell al fin me mostraba tu paradero, que te encontrabas en perfectas condiciones. Pero cuando él acceso a tu habitación y te introdujo aquello, reaccionaste tan mal que inmediatamente le creí cuando me confesó que te había matado.

Todo su semblante estaba en completo desbarajuste. Lo sabía, pues comenzó a andar de un lado al otro como lo hice yo hace minutos atrás. Se tallaba las sienes y la veía mover los labios como si estuviera repitiendo una letanía que no lograba escuchar. Luego de su vaivén, por fin se detuvo.

-¿Qué hiciste cuando te hizo creer eso? — pregunto sin mirarme. No pude evitar que el horror apareciera nuevamente en mi cabeza.

-Enloquecí. Añoraba con todo mí ser que todo fuera una maldita mentira e ir a comprobarlo yo mismo. Toda la basura que Russell me hizo pensar, no quería creerla. Salí de ahí como pude, pero después de minutos todo se desvaneció y estaba difuso. No sé lo que me sucedió. Era como si el maldito suero me hubiera noqueado por completo. Te escuchaba, te veía en las penumbras. Incluso te soñaba asfixiándote en mis peores pesadillas. Y fue una verdadera condena no poder despertar y salir de ese horrible...

-¿Suero? — me interrumpió ella. - ¿Qué suero?

-El suero que me introdujo Russell antes de enseñarme el monitor.

Cuando lo dije, algo en sus ojos cambio por completo, aunque todavía tuviera el mismo toque de desconfianza en su mirada.

-¿Qué sucede? — pregunte una vez más. Necesitaba entenderlo.

Return (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora