Capitulo 27.

614 40 11
                                    

(Continuación Flashback)

La distancia en donde me encuentro, a duras penas me deja distinguir a las dos chicas rubias que parecen reconocerse. No tengo ni la menor idea de porqué. Agnes, o más bien "Erin", como me ha dicho que se llama, ni siquiera parece temerle en lo absoluto cuando se acerca.

Es frustrante tenerla a escasos metros de mí y no poder decirle quien es, de dónde venimos, quien soy o lo que fuimos antes de eliminarle los recuerdos. Si tan solo no hubiese aparecido en ese callejón cuando los matones de Drago atraparon al idiota ese, seguiría en las sobras.

¿Qué demonios hace esa chica aquí? ¿Me ha engañado y realmente ha venido a matarme? ¿Por qué aparece cuando menos me lo espero? Fueron las cuestiones que corrían en ese momento que leí la mente de Genevive, ya que no podía adentrarme a la de Agnes. Extrañamente, la barrera jamás había desaparecido.

Su encuentro fue breve, a penas y se tomaron tres minutos en charlar algo que no pude entender debido a la lejanía, aunque siendo sincero, me mataba la curiosidad.

Pude ver el cómo Agnes se frenaba de un momento a otro y se volvía para encarar nuevamente a Genevive, más aquella se esfumo en el viento debido a sus habilidades de modificada.

Pude haber dejado que se marchara y continuar con mi camino al lugar donde había acordado, pero no podía simplemente dejarlo así. Quería mirarla de cercas, quería tocarla, necesitaba si quiera poner mis manos en su rostro y trazar sus facciones que ya reconocía de memoria, así que tuve que salir de mi escondite y aparecerme antes de que volviera a su lugar.

Cuando iba a tomar su camino de vuelta al departamento que compartía con la humana que había sido su enfermera durante meses en el hospital, pude truncar su camino y retenerla en mis brazos por unos segundos, cuando me cerní frente a ella y su cuerpo se estampo en el mío. La sentí tensarse por completo.

-¡Casi me matas de un susto! – dijo al darse cuenta de que era yo. Se separó bruscamente, para después llevar su mano al pecho e intentar calmar su sobresalto.

-Pensé que estabas buscándome. – asegure, teniendo en cuenta lo intrigada que la había dejado aquel infame día que la sometieron en la cafetería.

-¿Buscándote? ¿Por qué haría eso? No recuerdo haber estado gritando tu nombre y preguntando a cada persona si sabía dónde encontrarte. – uso un tono sarcástico que me hizo reír. Había extrañado su sarcasmo por durante tantos meses.

-Lo hacías. – corrobore nuevamente, aunque ella parecía nerviosa ahora, pues la vi tragar saliva.

-Eres el tipo más arrogante que existe. ¡No te creas tan importante! – No pude evitar mi sorpresa. Ella apenas me miraba a los ojos y yo moría por que lo hiciera.

-Y yo te dije que te alejaras de los problemas. Estas en el lugar menos seguro. Lo sabes ¿no?

-¡¿Qué todo el mundo piensa que no se defenderme?! – reprocho malhumorada.

No pude evitar contener mi diversión al verla desesperarse. Todos estos meses sabiéndola inconsciente, me habían dejado un tanto resignado con la idea de que jamás volvería a verle despertar.

-No lo creo. – en cuanto procedí, a ella la invadió un tono rojizo en las mejillas y resoplo molesta.

La dicha me invadía por completo. No creí poder tener este tipo de conversaciones nuevamente. Hubiera preferido mantenerme en la oscuridad de su sombra y vigilar cada paso que realizaba, pero mentiría si no aceptara que moría de ganas por tenerla tan cerca mío. De tocarla antes de desaparecer por completo y dejarla hacer una vida humana normal.

Return (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora