Lacrosse » Jeon Jungkook; BTS [#2] [Completa] ✔️

Capítulo 01 💚

Si me preguntan quién es el amor de mi vida, no dudaría en responder que el lacrosse... Y la comida. Todo empezó la vez que veía la televisión junto a mi hermano gemelo Seungho. Veíamos los partidos internacionales de lacrosse, fue como un clik, inmediatamente supimos que eso era lo que queríamos. Era una lástima que en ese tiempo el lacrosse no fuese un deporte realizado en Corea. Pero eso no nos iba a detener. Viajamos a New York con nuestros abuelos, aunque al principio papá y mamá les resultara molesta la idea. Éramos muy pequeños, quizás pensaban que sólo era un capricho de infantes. Pero ¿realmente tenían derecho a juzgarnos cuando ellos también fueron niños con sueños? La supieron entender.

Algunas cosas lamentables sucedieron allá. Tuve que regresarme. Sin embargo, llegué en el momento correcto, el lacrosse empezó a hacerse muy popular aquí en Corea, lo juegan en las universidades y en los institutos, e incluso hay algunas ligas. Ahora mi hermano no está, y ahora juego por ambos; represento el número siete y el número veinticuatro. Quiero cerrarle la boca a todos, a toda esa manada primitiva de machistas que me ven como "el sexo débil", incluso al entrenador, que al principio vio la idea de que yo entrara al equipo como un disparate. Al capitán, al tal Jungkook. Es un mediocre, no sabe jugar. En definitiva, nadie de este cutre equipo sabe jugar, es como lidiar con niños de kinder, a lo mucho un partido de primaria. Se creen los mejores y son una basura. Estoy rezando para que recluten nuevos jugadores.

Quizás me odien, quizás me amen; me da igual. Estoy aquí para brillar. Aunque más bien estoy viendo buen trato de parte de la mayoría. No me califico como alguien amable, puedo ser cruel a lo sutil. En muchas veces soy narcisista. ¿Quién me prohíbe decir lo bueno que pienso de mí si es cierto? Cuando te sientas segura de lo que eres, solo dilo. No como el inútil del capitán que no hizo ninguna anotación y que se cree el mejor, y quien precisamente ahora acaba de entrar al vestidor de chicas con su amigo el enano.

Suspiro por lo bajo. Cierro mi casillero con ya mi bolso al hombro, los encaro con una sonrisa amable, sin mostrar los dientes, sin parecer melosa ni idiota.

—¿Se les ofrece algo o cambiaron de sexo? —Cruzo los brazos.

—Sal del equipo —espeta el castaño. Su otro amigo, el enano, es rubio, y como claramente lo digo, es más bajito.

—¿Por qué?

Debes saber que cuando llegues a alguna parte, no a todos les vas a caer bien. Este es el claro ejemplo. Va más allá de choque de actitudes, puede ser envidia, miedo. Y eso engloba en una cosa: mediocridad.

Jungkook es un mediocre.

—No me agradas.

—Oh, Dios, qué terrible. Lloremos.

Desde que empecé a hacer las pruebas para entrar al equipo a todos les pareció una tontería. Con eso me refiero a los simios de este equipo. Jungkook nunca dijo nada, solo me analizaba, es un tipo bastante amargado si te fijas bien. Sabía que me estaba analizando por si resultaba ser un peligro para él. Eso es lo que hacen todos los capitanes patanes y llorones que se creen que están en la cima. Al principio pensó que no podía mucho, pero no tardó en darse cuenta que represento un peligro para él, pues cada nuevo año se realiza un nuevo análisis para saber quién será el nuevo capitán. Según lo que sé, Jungkook lleva siéndolo desde que entró a la preparatoria. Nadie representa un peligro para él, según su elevado autoestima, pero para su desgracia, ahora he llegado yo.