62 Una y otra vez

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Sólo una mentira se viene conmigo a pasear

Días después y luego de tanto pensarlo, María José viajó a Querétaro para intentar hablar con Brenda. Se sentía con el suficiente valor para hacerlo y Samantha la acompañó. Llegaron hasta las instalaciones de la radio y pidió hablar con ella.

—Nats, tengo un problema— Brenda llegó hasta su cubículo y sin preguntarle si podía, tomó asiento.

—¿Qué ocurre?— dejó de mirar la pantalla de su computadora para prestarle atención.

—María José está abajo, en recepción.

—¿Cómo lo sabes?​

—Me acaban de avisar.

—Tienes que hablar con ella. ​

—No Natalia, no puedo hacerlo. ​

—Bren, tienes que contarle.

—Justo es lo que no puedo hacer, no la conoces. Si le digo lo que está pasando, ella intentará hacer algo y la pondré en peligro. ​

—¿Entonces? Tampoco puedes dejarla todo el día en recepción.

—No, claro que no y sé que te pedí que ya no me ayudaras, pero podrías bajar y pedirle que se vaya. ​

—No creo que me haga caso. ​

—Solo dile algo que la haga desilusionarse de mí. Que estoy muy feliz con Javier o algo similar. ​

—Bren, no puedes pedirme que le diga eso. ​

—Por favor, no quiero poner en riesgo su vida, ni la de mi familia— ella estaba desesperada— pero tiene que irse y no volver. ​

—Está bien, yo me encargo. ​

—Gracias. ​

Natalia bajó hasta la recepción con un corazón latiéndole a mil por hora. No sabía qué iba a terminar contándole a María José, pero debía sonar contundente porque Brenda tenía razón, conociendo a Javier, él sería capaz de todo con tal de que no estuvieran juntas otra vez.

—¿Puedo ayudarte en algo?— preguntó al verla.​

—Quiero hablar con Brenda.

—Pero ella no quiere hablar contigo.

—Por favor, necesito verla. ​

—No sé mucho sobre su relación, pero lo mejor es dejar las cosas como están. Bren eligió a Javier y tú deberías empezar a respetar eso. ​

—Lo haré, cuando ella me lo pida en persona.

—Sabe que estas aquí y se rehúsa a venir, ¿quieres llamarle?— le mostró su teléfono.​

—Hazlo.

Natalia llamó a la extensión de su cubículo porque sabía que Brenda seguía sin celular y colocó el altavoz. ​

—Radio Querétaro. Te atiende Brenda.

—Bren, soy yo. ​

—Nats, dime que ya fue. ​

—Quiere que tú se lo digas, estas en altavoz. ​

—María José, ¿acaso ya no entiendes el español? No sé qué estás haciendo aquí, pero fui muy clara la última vez que hablamos. Te dije que no deseaba seguir contigo.

—Solo quiero hablar de frente, ¿puedes venir?​

—No, entiéndelo.

—Por favor — suplicó por lo mismo.

Cometas por el cielo [Completa]Where stories live. Discover now