28 El último vals

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Pude ver la soledad tan cerca y a ti tan lejos de mí

Días después y un domingo cerca de las 6 de la mañana, Brenda reapareció.

Brenda: Hola monster cookies, perdón que te escriba tan temprano, pero anoche Javier sufrió un asalto y lo golpearon😢. Esta en el hospital Ángeles, el del centro. ¿Puedes venir? Necesito verte.

MJM: Llego en 30 minutos.

Brenda: Gracias😇. Estoy en la sala de espera, área de quirófanos.

Por segunda ocasión, María José volvió a aquel hospital para reencontrarse con Brenda y en cuanto la vio, no dudó en abrazarla.

—Gracias por venir.

—¿Cómo estás?

—Preocupada por Javier.

—¿Cómo está?

—No lo sé. Las enfermeras solo me dicen que debo esperar a que el médico emita su informe, pero llevo aquí cerca de tres horas y solo hablan con la mamá de Javier que tampoco me quiere decir que está pasando.

La señora en cuestión se encontraba al otro lado de la sala junto a su esposo.

—Vamos a pedir información. Conozco algunas personas.

Caminaron hasta el cubículo de enfermeras.

—Hola María José, buenos días— de inmediato fue reconocida.

—Hola Lucy.

—Que sorpresa verte en este piso ¿estás en servicio?— cuestionó ya que la chica portaba su uniforme de paramédico.

—No, no lo estoy, entro más tarde, pero quería pedirte un favor.

—Dime. ¿En qué puedo ayudarte?

—Necesitamos información sobre un paciente que fue ingresado por la madrugada.

—¿Es tu familiar? Dame el nombre.

—Ella— observó y señaló a Brenda— es su prometida.

—Javier San Martín— la otra chica se apresuró a responder y la enfermera buscó información en la computadora.

—No hay muchos datos hasta el momento. Solo reportaron que tiene una costilla rota, golpes por todo el cuerpo y ahora está en cirugía.

—¿Sabrás quién lo trajo?

Lucy observó de nueva cuenta la pantalla.

—Tus compañeros de la Cruz Roja— respondió.

—¿Quién es el médico a cargo?

—El doctor Pablo Fuentes.

—Muchísimas gracias.

—De nada. Que tengas buen día.

Volvieron a la sala de espera y tomaron asiento.

—Gracias por estar aquí y por ayudarme.

—Este sí que es un verdadero anillo de compromiso— María José sujetó la mano izquierda de Brenda.

La chica sintió pena y lo retiró de su dedo para guardarlo.

—Quiero disculparme contigo por cómo sucedieron las cosas, pero pasaron tan de prisa que llegó un momento donde no supe qué hacer.

—Olvídalo Bren. Lo nuestro fue solo una noche bonita y no más.

—Si cierro los ojos solo pienso en ti y puedo escuchar tu voz cantándome al oído antes de dormir— hizo una pausa para dejar escapar un suspiro— pasé momentos increíbles a tu lado, pero ahora siento miedo por haberme enamorado de ti.

Cometas por el cielo [Completa]Where stories live. Discover now