~Capitulo siete~

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CAPITULO 7: leer hasta el final porfavor :)

-De verdad, Leonardo, no es necesario. Vivo muy cerca, a solo quince minutos andando- insistí mientras bajaba por las escaleras de mármol.

El iba delante de mi, caminaba a pasos apresurados. Quería hacerle cambiar de opinión mientras nuestros zapatos resonaban por toda la sala.

-Insisto en llevarte- sentencio.

Tenia la espalda encorvada y tensa mientras bajaba con cuidado, apoyándose en la barandilla. Parecía que tenia algún problema de rodilla. De vez en cuando, tenia que hacer una pequeña pausa para tomar aire y apoyaba la mano en la rodilla.

Negué, pero el no podía verme.

A mi madre no le gustaba nada que hablara con extraños, así que si me presentaba en casa con el señor Velez se enfadaría. Aunque... por los comentarios que habían hecho antes el y Lidia, tal vez la conocían.

Me pregunte donde estaría Abby y si se habría ido.

A mi pesar, seguí al hombre. Asintió e hizo gestos o movimientos fríos a las personas que lo saludaban y le daban el pésame mientras se dirigía a la entrada de la casa. No se detuvo en ningún momento, al contrario, acelero su paso. Estrecho algunas manos, pero no se detuvo.

Cuando salimos al jardín me pareció mas grande que a mi llegada. La extensión del césped me parecía el doble de grande que la primera vez que la vi, y también mas verde. Las personas que antes estaban ahí afuera se habían dispersado por a casa o se habían marchado.

La luna hizo acto de presencia esa noche.

Unos rostros curiosos nos observaron cuando cruzamos el jardín para llegar al automóvil de Leonardo. Escuche un clic, y luego otro. Una multitud de personas se acerco a la par que se abrían y cerraban las puertas de unas camionetas grandes. Con movimientos agitados, cientos de cámaras aparecieron a nuestro alrededor, gritando el nombre de Christopher y Leonardo. Luces de flash iban y venían. Uno de los reporteros me miro unos segundos y me tomo una fotografía. Luego, los flashes aterrizaron sobre Leonardo y todo lo que estuviera a su alrededor.

Aprovechando la intromisión de las cámaras, me aleje un poco de el. Era la oportunidad perfecta para irme.

Choque contra algunos hombros y, cuando estuve a punto de salir de la aglomeración de reporteros, algo me agarro del brazo con firmeza.

-No te pierdas.

El señor Velez empujo a algunos fotógrafos para que me dejaran pasar.

-¿Quien es esta joven?- preguntaban a gritos. Plantaron dos micrófonos delante de mi boca.

-Aléjate- respondió el señor Velez

-¿Tiene una aventura con una menor? ¿lo sabe su esposa?- La voz me resultaba familiar

El padre de Christopher soltó una carcajada.

Oh, no

¿Como podían pensar eso?

-Por favor, déjennos en paz.

Alejo los micrófonos de mi cara. Las luces cegadoras no me dejaban ver por donde iba. El señor Velez me guiaba, sin soltarme el brazo. Sus uñas se clavaron en mi piel. Me estaba asustando.

Alguien me seguía de cerca, olía su aliento y su desagradable sudor. Empece a sudar y me puse paranoica. Moriría asfixiada. Todo aquello era horrible.

Rodeamos el coche con dificultad.

El padre de Christopher metió la mano derecha en el bolsillo de su pantalón y saco un plástico ovalado. Apretó un botón del dispositivo y el coche pito y los intermitentes parpadearon.

¿Quién mato a Christopher? ADAPTACIÓN Christopher Vélez Y TuWhere stories live. Discover now