Capítulo 54

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Hace tiempo que no corría tanto como lo había hecho en ese momento, pero mi terror era algo que no podía explicar, ya todos estábamos en la misma pagina y sabíamos que las cosas simplemente no fluían ya, pero no había dejado de amar a Blake ni en un solo momento y de solo pensar que algo malo le podía suceder, mi cuerpo comenzaba a temblar lleno de terror.

la noche era una amiga solitaria en aquel tiempo, el aroma a pino que envolvía las cercanías de la casa de isa, en donde se quedaba Blake, hacia que el ambiente quizá fuera un poco mas cálido, pero no lo era, no con lo que iba a suceder. La gran casa campestre situada a las afuera de la ciudad, era un lugar hermoso pero realmente espeluznante si creías que podrías morir a manos de un psicópata que tal vez podría estar asechando en cualquier lugar de la gran estancia, nada era cálido en ese momento, no realmente.

Alejé esos pensamiento de mi mente y guiando aun más adentro del lugar al taxista, me encontré justo de frente con la gran casa que seguía tal y como la recordaba, no pude evitar querer gemir lastimosamente cuando recordé que ahí fue donde besé por primera vez a Blake, justo después de que él me rechazara nada sutilmente, pero no podía quejarme, era Blake Gibson después de todo.

-Por aquí esta bien - le dije al taxista cuando estuvo más cerca de la puerta que daba inicio al gran camino que llevaba a la gran puerta principal de la casa -¿Cuanto es? -Pregunté distraída mirando hacia la lejanía de los arboles y tratando de ver algo a través de la oscuridad de la noche cosa que era imposible, en aquel lugar en donde había tanta naturaleza, el cielo y la tierra parecían un solo cuerpo y no iba a mentir, incluso mis piernas temblaban de la anticipación.

¿Donde estaba él? ¿Estaba esperando que bajara del auto para matarme?

¿Le habría hecho ya daño a Blake?

¿Blake estaría...?

-Gracias - Murmuré bajando del auto justo después de pagar y alejando el temor de mi mente, todo estaría bien, todo lo estaría -A la mierda Tanía, ya no eres un terrón de azúcar que encuentra todo positivo, sabes que todo se puede ir a la mierda en un segundo. - No pude evitar hablar conmigo misma, después de todo quizás si me estaba volviendo loca.

Caminé lo más rápido que pude hacia la casa, el camino era algo largo pero no estaba oscuro después que deje atrás la parte del bosque y su naturaleza tenebrosa, la propiedad tenía suficientes lamparas a sus alrededores para que una suave luz bañara el camino de piedra blanca, pero aun así el terror seguía ahí, miré una y otra vez hacia atrás para saber si en algún momento veía alguna sombra inusual, pero todo estaba bien, todo se veían correcto, pero no se sentía así...

Después de quizás los dos minutos mas largos de mi vida, pude llegar a la gran puerta maciza y oscura que daba a la casa que Blake alguna vez había regalado a Isabella, el lugar era preciosos desde afuera, pero por dentro era como una obra maestra, lo era.

Llegué a la puerta y sin pesarlo ni dos veces abrí la gran puerta, me había esperado de todo, ya saben, sangre, tragedia, todo, a eso me refiero, pero menos eso.

No esperaba a un Blake tranquilo, riendo y siendo sociable como si nada hubiera pasado.

¿Lo esperabas muerto?

Pregunté mentalmente.

Y una vez más, me sentí furiosa.

***

BLAKE.

Le entregué una copa de vino a Brenda, la sexy pero realmente gruñona secretaria de Brian y un trago más fuerte a mi mejor amigo, Brian, quien estaba de mal humor por algo que Brenda había dicho recientemente, el que, no lo sabía, no les prestaba realmente atención a ambos cuando comenzaban a discutir por cosas que yo no entendía y tampoco me importaban lo suficiente como para preguntar, pero no podía quejarme, al parecer Brian y Brenda eran mis únicos amigos, al menos en ese momento o quizás siempre sería así...

El Arte De Ser Amado (Amores que curan #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora