Capítulo 4

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La vida es inestable.

No, palabras incorrectas.

Los inestables somos nosotros... No sabemos a donde ir o como hacerlo, culpamos a los demás por nuestros propios errores, y nos escondemos tras el orgullo, vivimos en una inmensa burbuja de ignorancia, en  donde creemos que el mundo gira solo alrededor nuestro, pero no es así y claramente nunca lo será.

No podía sentarme todo el día alrededor de mi cama a llorar, o sentirme como una mierda por el hecho de que no tenía una solución a mis problemas, o bueno, tenía una casi solución pero no sabía como llevarla a cabo.ahí

el día anterior Blake me había llamado y muchos pensaran que no es la gran cosa, pero créanlo, el simple hecho de que Blake me hubiera llamado y quisiera pedirme un favor, a mi... Ya era suficiente.

Blake era esa clase de  sujeto que según él -Cosa que me parece totalmente ilógica- No necesitaba la ayuda de otro ser humano, según él podía con todo y contra todo, pero todo se había ido a la mierda cuando Dash se le perdió. Y Blake no sabía que hacer, a pesar de lo estúpido que podía actuar, era consciente de que si al llegar Ian y Isa no tenía a los dos felinos con él, tendría que aguantarse la furia y enojo de Isabella, y siendo sincera, nadie quería ver a Isabella realmente molesta.

Así que en ese mismo momento me encontraba en la casa que Blake le había regalado a Isa, mirando a la nada, pensando seriamente en Dash, pero al mismo tiempo pensando en mi madre y todo los problemas que podía traer a alrededor.

Necesitaba una solución rapida a mis problemas...

-Nada, joder, nada -Dijo Blake saliendo de la casa con la mirada realmente molesta sobre mi.

Como si yo hubiera tomado a Dash y lo fuera hecho perder a propósito. 

-Quizás deberíamos ir a buscar entre los arboles -Dije casualmente mirando los ojos verdes molestos -O deberíamos poner comida afuera y cuando Dash sienta el olor, entonces saldrá...

-Nada de eso -Dijo Blake aun molesto y no pude evitar querer patearlo.

Miré de reojo una bola de pelos color blanca salir de la casa y sonreí mientras tomaba a Kelsy y la sostenía contra mi pecho. Nunca había tenido mascotas, no porque no me gustaran, era porque realmente no tenía el presupuesto para tenerlas, pero amaría tener una, así como Kelsy, era la jodida gatita más dulce del mundo entero. 

-Ve y deja a Kelsy adentro y acompañame a buscar a Dash dentro del bosque -Ordenó Blake y yo solo lo pude mirar fijamente. -¿Qué? -Preguntó mirando con aquellos ojos verdes que perfectamente podían congelar a cualquier persona.

-No sé, creo que te faltó la palabra mágica -Dije sarcásticamente.

-Oh vamos Tanía, no eres una niña, joder, hazme el favor de dejar a Kelsy adentro y acompañarme a buscar a Dash ¿Bien?- No me moví de mi lugar, Blake estaba realmente equivocado si creía que yo era como el resto de personas que prácticamente le corrían cuando el decía o ordenadaba algo... Yo estaba más allá de aquello. 

-¿Por favor? -Dijo después de un momento realmente exasperante. 

-Eso esta mucho mejor -Le sonreí brillantemente -Estoy orgullosa de ti, estas aprendiendo modales -Me burlé mientras comenzaba a girar sobre mis talones, pero puedo jurar que por un segundo casi vi una sonrisa en el rostro de Blake, pero fue un pequeño gesto que casi me pasó por desapercibido. 

Después de todo, quizás él podría ser algo más cálido...

¿Quien sabe? 

***

El Arte De Ser Amado (Amores que curan #2)Onde histórias criam vida. Descubra agora