Capitulo 36

33.4K 3.2K 422
                                    

Los besos podían ser clasificados.
Uno tras uno, así sucesivamente.
En la vida había besado a muchos chicos y todos aquellos besos habían sido realmente agradables, unos más que otros y aunque nunca había estado con otro hombre de manera sexual -Aparte de Blake- Había experimentado el placer de ser deseada, desde muy joven.

Y como dije anteriormente, podría clasificar todos esos besos sin problema alguno, porque los recordaba, todos ellos. Mi primer beso fue Lucían y a diferencia de muchos primeros besos, ese fue realmente bueno, más que bueno a decir verdad, después de ese vino Víctor, y también fue un grandioso beso que me hizo querer más, despues de ese vino Andrew, que era un idiota que me hizo pasarla muy mal de adolescente, pero aún así, un muy buen besador... Podría seguir así, todo el día, toda la noche, recordando nombre por nombre y beso por beso, todos ellos habían sido buenos en su momento,  hasta ahora o hasta que conocí a Blake y lo besé por primera vez.

Sí, yo fui la primera en besarle.
Él fue un cínico al devolverme el beso y justo después hacerme a un lado, porque sí, Blake Gibson siempre había sido un cínico.

Pero volviendo al tema, a los besos, justo después de besar a Blake por primera vez, después de haber probado sus labios, me di cuenta que sus besos eran los únicos que nunca podrían ser clasificados, hasta el día de hoy, seguía sin poder decir que era lo que hacían realmente dentro de mi, no podía describirlo, no realmente.

Los labios de él siempre habían sido más suaves de los normal, en varias ocasiones quise preguntarle qué humectante utilizaba, tenía celos, pero la cosa no era sólo la suavidad de sus besos en si, la forma como besaba, cómo me besaba, siempre con un hambre y fuerza tan atroz, que era normal que mis labios terminarán doliendo siempre, él no se iba precisamente por lo suave y lo seguro, Blake era más de fuerza, pasión, posesión y siendo sincera, eso me encantaba, los besos de Blake no te quitaban el aire, al contrario, te llenaban de vida.

Justo ahí nos encontrábamos, el beso que él acababa de darme me había dejado tan llena de aire, que incluso estaba temblando por más, quería más, pero mi cuerpo temblaba ante la idea de hacer algo más que besarnos y no solo porque la última vez había sido terrible, si no porque la vergüenza en mi interior amenazaba con ahogarme, tenía miedo que si Blake me tocaba o besaba alguna otra parte de mi cuerpo, se daría cuenta que justo ahí habían estado las manos y los asquerosos labios de William.

¿Y si se alejaba?

¿Y si me culpaba por todo lo que había sucedido?

¿Yo había provocado a William?

Mi cabeza se llenó con tantas, pero tantas preguntas, que no pude hacer otra cosa que temblar en las manos de Blake que aún me sostenía, él no me había soltado desde que me había dado aquél beso, sus manos estaban tocando mi cabello, mis mejillas, mis manos... Era como si no creyese que yo estaba ahí con él.

-¿Tienes frío? - Preguntó él suavemente mirándome con esos espetaculares ojos verdes que tenía.

Sí, tenía frío, mucho frío, pero no era realmente por el clima, era algo más bien relacionado con el dolor y el miedo a que él se diera cuenta de todo y me rechazara.

-¿Cómo es que estás envuelto en todo esté problema legal? - Le pregunté en vez de responder su pregunta.

En algún momento, ambos nos habíamos subido totalmente en la cama y ahora estábamos acostados de frente, hombro con hombro, mirando el techo desnudo de la habitación, Suerte dormía a nuestros pies y no pude evitar pensar que en otra, quizás en otra vida, eso habría sido la cosa más hermosa y romántica del mundo.

-No sé en que momento me vi envuelto en todo esto, o quizás sí, solo que me hice el de los ojos ciegos - Él sonrió y puso una brazo sobre sus ojos - Siempre tuve mucho miedo e inseguridad por parte de mi padre y el miedo no era realmente por mi, era por Isabella, sabía que todo lo que hacía o decía, se veía totalmente reflejado en ella, no sé si me explico, era algo súper desastroso, si yo me equivocaba o decía algo que mi padre no aceptaba, a veces no me veía yo realmente perjudicado, la perjudicada era ella, siempre ella, él siempre supo cuanto la amaba - La voz de Blake sonó tan adolorida que quise abrazarle y hacerle saber que estaba ahí, pero no pude- Todo comenzó justo en las semanas en donde Isabella intentó suicidarse por primera vez, la encontré en su habitación casi muerta y... - La voz de él se atascó - Siento que desde ahí nunca más fui el mismo, nunca más.

El Arte De Ser Amado (Amores que curan #2)Where stories live. Discover now