capítulo 34

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Blake me miraba fijamente como si nunca me hubiera visto realmente, como si yo fuera alguna flor u animal exótico para él.

No iba a mentir y decir que me encontraba bien, porque no era el caso, tenía una sensación agridulce en el corazón debido a los nervios tan atroces que había experimentado.

Había sido abusada sexualmente, de hecho, aún lidiaba con aquello dentro de mi cabeza, aún buscaba la manera de no romperme cuando volvía a caer encuenta una y otra vez que aquello si había sucedido realmente y que no se trataba de una cruel pesadilla, cada día al despertar me encontraba rogando a un Dios en los cielos que todo aquello fuera una gran y espeluznante pesadilla, pero entonces era suficiente con verme en el espejo para darme cuenta que nada era una pesadilla y que las historias de terror al igual que las románticas, también se volvían reales.

Blake seguía de pie junto a la puerta mirando con el seño fruncido a mi gata quien no le dejaba de maullar molesta por la interrupción.

-No sé cuál de las dos me tiene más sorprendido - La voz de Blake era baja, casi arrastrada, pero lo que me dejó sin aliento fue la mirada posesiva de sus ojos - Si está bola de pelos con esa actitud agresiva o si tú, tirando libros a la cabeza de las personas.

-Eso te pasa por invadir la privacidad y seguridad de las personas, me diste un susto de muerte - Susurré.

-Oh vamos, deberías estar agradecida por mi visita ¿No estás feliz? - La voz de él ahora estaba manchada con un tiñe de sarcasmo pero raramente supe que su pregunta no era en broma o algo así, lo podía ver en sus ojos.

-Me alegro que estés bien Blake, tu hermana y amigos estaban muy preocupados por ti - Miré mis manos la cuales estaban sudando excesivamente.

Blake no dijo nada más y yo tampoco iba hacerlo, al menos no del tema, me encontré poniéndome de pie y yendo por la gata para que él pudiese estar más cómodo o algo así...

-Pensé que tú y yo éramos amigos ahora - Comentó él casualmente y por alguna extraña razón me sentí furiosa.

-Tú y yo no somos amigos, eso lo sabes perfectamente - Sus ojos verdes dieron con los míos - ¿O sueles acostarte con tus amigas y después juzgarlas y humillarlas? - Por más que quise que mis palabras se quedarán dentro de mi boca, me fue imposible.

-Ya me disculpé por eso Tanía - El rastro de humor que había en su voz desapareció.

-Algún día en la vida aprenderás que con simples palabras no puedes borrar hechos Blake.

No sabía porque me encontraba dándole sermones, muy en el fondo sabía que ya lo había perdonado por aquello, pero me encontraba muy nerviosa de tenerle en la habitación como para ser realmente racional, sabía que el rubio jamás me haría daño, al menos no el tipo de daño que me hizo William, pero aún así, para ser sinceras, me encontraba con el corazón roto y muy desconfiado.

BLAKE.

La miré fijamente absorbiendo cada una de sus palabras, era cierto, tenía razón, no todo en la vida se resolvía dando un regalo costó o pidiendo simples disculpas, pero lastimosamente ya me había acostumbrado a eso, era el tipo de hombre que cada que me sentía reventado por la conciencia, regalaba algo a la otra persona para que de sintiera mejor, prácticamente, compraba sus sentimientos, pero con Tanía aquello no era posible y mucho menos ahora que parecía tan cambiada...

-Tienes razón - Me encogí de hombros y evité mirar su pijama la cual resaltaba su cuerpo - Supongo que soy culpable.

Ella seguía acariciando a su gata la cual comenzaba a dormirse en sus piernas.

El Arte De Ser Amado (Amores que curan #2)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن