— Puedes estar tranquilo, no diré nada como hasta ahora —dije intentando mostrarme lo más sincera posible.

— Perfecto —dijo antes de levantarse del sillón.

Se acercó a una vitrina que había al fondo del salón y cogió un vaso. Después sirvió whisky en el, y también rellenó su vaso.

Extendió el nuevo vaso de whisky hacia mi, y me levanté del sofá para cogerlo.

— Brindemos, Jauregui —dijo con una sonrisa, dándome el vaso de whisky —. Por mi, porque he conseguido lo que quería, y por ti, porque tu familia estará a salvo.

Me quedé mirándolo sin ninguna expresión. Es increíble que quiera brindar conmigo por esa razón. No tiene vergüenza. Pero decidí no decir nada al respecto, y dejar que disfrute de su momento de gloria.

Chocamos nuestros vasos y bebimos de ellos.

Me bebí todo de un trago y dejé mi vaso en aquella mesita de cristal. El también dejó su vaso vacío ahí.

— Es hora de irse —dijo, cogiendo la americana negra que estaba en el respaldo del sillón para ponérsela.

— ¿Te has vestido elegante para la ocasión, Miller? Debes de haber echado de menos vestirte así después de haber pasado años vistiendo un mono naranja —dije con un tono de burla.

Su mirada fue seria y fría durante unos segundos, pero después cambió su expresión.

— Aquel mono naranja no va a estar en mi lista de los mejores conjuntos que he llevado puestos —dijo, casi repitiendo la misma frase que yo había dicho antes cuando me preguntó por el viaje hacia aquí.

Miller cogió el maletín y les hizo un gesto a sus cómplices dando a entender que ya era hora de irse.

— Vamos, Jauregui —dijo Miller, y nos dispusimos a salir de la casa.

Estaba nerviosa. La policía debería estar ya aquí. Pero al parecer no estaban a la vista porque si no los ayudantes de Miller le habrían avisado.

Salimos todos de aquella casa y cada vez estaba más nerviosa y preocupada por lo que podía pasar. No podía ver si había alguien alrededor de la casa a parte de nosotros porque era de noche y no había ninguna luz que iluminara la zona.

— Ya puedes irte, Jauregui —dijo Miller a mi lado.

— Adiós, Miller. Espero no volver a verte —dije antes de acercarme a mi coche y subirme en el.

Mi móvil vibró y era un mensaje de un número desconocido.

Desconocido: No salgas del coche, Lauren, y aléjate lo más que puedas del coche de Miller.

Debía ser la policía. Iban a actuar ahora para detener a Miller.

Respiré profundo y puse encendí el coche para irme de ahí lo más rápido posible. Pero sería complicado porque Miller vendrá detrás de mi con su coche porque solo hay un camino de salida en este lugar. Pero tampoco podía esperar a que Miller saliera antes que yo porque no me dejaría, ya que sería sospechoso.

Pise el acelerador e intenté conducir lo más rápido posible. Vi por los espejos retrovisores como el lugar empezó a iluminarse de sirenas rojas y azules detrás de mi.

Los coches patrullas se interpusieron en el camino para que el coche de Miller no avanzara, pero vi que este aún así intento avanzar, chocando con los coches.

De pronto, cuando llegué al camino de tierra para salir de aquel bosque, vi por el retrovisor interior del coche que Miller y sus cómplices se habían bajado del coche y empezaron a correr para adentrarse en el bosque y dispararon contra los policías que los intentaban seguir.

Loving You Despite The Obstacles | CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora