Capítulo 9

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Camila POV.

— ¿Estás esperando a la persona indicada? —cuestionó Ally.

— Sí, quiero encontrar a una chica con la que me sienta segura para hacerlo por primera vez —respondí.

No quiero que sea con una chica cualquiera, y eso no quiere decir que estoy buscando al amor de mi vida para ello, solo busco a la persona adecuada.

— Te puedo dar clases de sexo si quieres —dijo Vero de forma pícara.

Nos hizo reír a todas, menos a Lauren, que fulminó a Vero con la mirada.

— Después de perder la virginidad te volverás adicta al sexo —dijo Ally sorprendiéndome, no me esperaba un comentario como ese de parte de ella.

— ¡Ally! —dijo Lucy más sorprendida que yo.

— Nuestra monja se ha vuelto una pecadora —comentó Dinah incrédula.

Ally se reía desde su lugar.

— Mila, mi virginidad la perdí hace un mes con Troy. Tengo veintidós años y puede que haya tardado en encontrar a la persona adecuada, pero no me arrepiento. Solo llevo cinco meses con él, y no podría estar más enamorada —sus ojos brillaban y tenía una sonrisa plasmada en su rostro.

— Tienes una cara de estúpida ahora mismo —sijo Dinah.

— Algún día tu también la tendrás cuando te enamores —comentó Lucy.

— Puede —se encogió de hombre dándole poca importancia.

Miré a Lauren, no había dicho nada sobre mi virginidad.

Giró su rostro cuando notó mi mirada. Su rostro no expresaba nada, estana seria.

Aparté mi vista de ella.

— Sigamos con el juego —dijo Vero.

Lauren giró la botella y continuámos con el juego durante una hora más.

A las nueve decidimos que era hora de irnos a casa, mañana era jueves y teníamos clases.

Dinah y Ally se fueron en el coche de Normani y Lucy en el de Vero.

Lauren me llevó a mi.

— No me esperaba que fueras virgen —dijo mientras íbamos en el coche.

— Estabas muy insistente queriendo saber cuando fue la última vez que tuve sexo.

— Tenía curiosidad —me miró por un breve segundo.

— Demasiada diría yo —se detuvo en un semáforo en rojo.

— ¿Te apetece salir el sábado? —me preguntó.

— El sábado iremos de fiesta con las chicas, ¿no te acuerdas? —la miré con el ceño fruncido.

— Lo sé, pero me gustaría quedar contigo —el semáforo se puso en verde y siguió conduciendo —Por la noche vamos con las demás.

— Vale —eso significa que estaríamos las dos solas, pensé.

— Te pasaré a recoger a las diez, no desayunes.

— ¿A dónde iremos después? —me apetecía saber que haríamos durante el día.

— Daremos un paseo, así conoces la cuidad y luego iremos a comer —aparcó el coche enfrente de mi casa.

— Parece una cita —comenté.

No dijo nada en respuesta, solo me sonrió de lado.

Estiró su brazo derecho para agarrar la chaqueta de cuero que tenía en el asiento de atrás.

Loving You Despite The Obstacles | CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora