Capitulo 26

98 5 0
                                    

-Perdimos algo de equipaje, pero aquí estamos como prometí-dijo Shinji apareciendo frente a la puertas de Konoha junto a Naruto.

-Una vez que me establezca y que me asegure de que todo está en orden, me dispondré a ubicar a Kurama. Quiero que lo traigas de vuelta cuanto antes.

-De acuerdo, jefe-dijo sarcásticamente el pelimorado girando los ojos.

-No es broma. Mantente fuera de problemas-dijo el rubio antes de entrar a la aldea.

-Tranquilo, esperare mientras yo.... Oh. ¿Y ahora que hago mientras tanto? Me aburro con mucha facilidad y no tengo la menor idea de que hacer mientras haces tú numerito de héroe-dijo el chico mientras el Uzumaki se alejaba.

Aquello no sonaba en lo absoluto bien para Naruto y estaba que arrastraba al chico consigo para mantenerlo vigilado, pero prefería que su "primo" no se cruzara de nuevo con sus hermanos. Seguramente, ellos tendrían resentimientos contra él y no quería que se metieran en una pelea sin sentido.

Al llegar vio a los shinobi Izumo y Koketsu que hacían la labor de custodiar la entrada de la aldea con los ojos cerrados y roncando estrepitosamente. Opto por dejarlos así, pues no quería llamar la atención y tener que explicar donde había estado.

Konoha conservaba la esencia que le caracterizaba. Personas transitando de un lado a otro, haciendo compras o simplemente apreciando las atracciones del lugar. Naruto inmediatamente noto como la cara de Jiraiya ocupaba un sitio en el monte Hokage, cosa que le agrado.

Luego se dirigió a su hogar a través de una serie de rápidos saltos por los techos de los edificios, lo que le evito cruzarse con algún conocido. Primero tenía que ver a su familia y luego se ocuparía de ver a sus demás compañeros.

Encontró con decepción que su hogar estaba vacío y por lo tanto nadie estaba para saludarle, más un rápido escaneo de la zona, le permitió ubicar a su madre a las afueras de la aldea. Seguramente en un área de entrenamiento.

No le tomo nada llegar al mencionado lugar, en donde encontró una escena bastante peculiar. Kushina estaba usando sus Cadenas de Diamantina para contraatacar a una enorme hidra formada por decenas de serpientes de agua que se veían bastante furiosas. El chico hubiera actuado en ese instante, pero entonces vio que el constructo marino era manipulado por un conocido suyo.

Se trataba de Sakura Haruno, quien se veía muy diferente a la chica que el recordaba. Ella había dejado crecer su cabello hasta el final de su espalda y lo llevaba completamente suelto. No parecía incomodarle en lo absoluto, ya que incluso vestía con lo que parecía un conjunto de playa, que consistía en un faldón aguamarina con un diseño floral blanco, que cubría sus ahora bien definidas piernas, y un top de iguales características, que cubría sus desarrollados senos y dejaba al descubierto el resto de su torso. Además no llevaba sus característicos anteojos, permitiendo ver una expresión ahora carente de nerviosismo y un rombo azul adornaba su frente.

La pelirrosa movía sus brazos con gran elegancia para comandar la criatura de agua, la cual fue dirigida hacia Kushina. La Uzumaki entonces dirigió sus cadenas para contraatacar las fauces que iban contra ella, más la presión que ejerció el ataque de Sakura fue suficiente para dispersar los picos de las cadenas y hacer que la pelirroja tuviese que hacerse a un lado.

La Haruno entonces dirigió las otras cabezas de la Hidra contra la mujer que rápidamente se escudo con cadenas antes de recibir el potente que hizo salpicar agua por todas partes.

-¿Está bien, Kushina-sensei?- pregunto Sakura.

-Todo bien-dijo la Uzumaki suspirando. -Hiciste un buen trabajo hoy, Sakura-chan. Sinceramente ya no sé por qué quieres seguir entrenando conmigo. Ya sabes todo lo que se debe del Suiton y me has sobrepasado en poder.

Naruto el remolino relampagueanteWhere stories live. Discover now