Capitulo 4

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[Días después]

-¡Yo jamás me rindo, y jamás retrocederé a mi palabra, ese es mi camino ninja!-escucho Naruto de una voz chillona y algo molesta.

-¿Otra vez este sueño?-se dijo así mismo el rubio al despertarse súbitamente. -¿Qué rayos significan esas palabras?- se pregunto tratando de analizarlas minuciosamente.

Ya había perdido la cuenta de las veces que había tenido sueños como ese. Sueños en donde siempre se topaba con un escenario oscuro en donde escuchaba una o varias voces distorsionadas que repetían mensajes como el anterior o decían cosas como que un shinobi que rompe las reglas es escoria.

En primer momento el chico pensó era una de especie de Genjutsu de su madre con el fin de convencerlo de que fuera un ninja común y corriente, pero lo descarto ante el hecho de que ella nunca emplearía semejante treta.

Además no tendría punto que también le hiciera escuchar a alguien hablando de lo importante que era vengar a su clan y acabar con su hermano, ya que era algo completamente contradictorio y sin sentido.

El asunto de los sueños era una de esas cuestiones que hacían a uno preguntarse si se había comido demás o si se tenían todos los tornillos bien apretados. De cualquier forma, Naruto decidió dejar el asunto de los sueños de lado y ponerlo junto a todas esas rarezas que inundaban su vida.

Después de todo, él tenía que vivir con la pesada carga de ser el "demonio" de Konoha. No es que también se hubiera creído la mentira de que él era el contenedor del alma del Kyubi, pero sabía que estaba lejos de ser alguien común corriente, a menos que se considerada normal el hecho de que de niño por poco destroza su casa cuando jugaba con una simple pelota o que tuviera un acelerado desarrollo físico a tan corta edad. Y no, ser el hijo de dos shinobi de renombre no era razón suficiente para explicar esos hechos.

No es que se quejara, ya que con el había logrado estar a la par de su hermanos durante su niñez. Ellos dos eran muy hiperactivos y cualquier otra persona hubiera quedado sin energía si intentaba de seguirles el paso, pero a él nunca le paso.

Aunque claro eso era solo en términos de vitalidad, ya que el rubio tenía que admitir que Menma y Natsumi contaban con reservas de chakra muy superiores a las suyas. Era algo prestado, pero igual podían contar con todo ese poder.

Pero aun bajo esta auto-aceptación, es reseñable que aunque Naruto no era reciproco con el odio de los aldeanos si guardaba sentimientos encontrados hacia dos personajes. Su padre Minato y el Kyubi.

No tanto porque ellos eran los culpables de que su vida fuera tan dura, era por el hecho de que consideraba que ambos le habían hecho mucho daño a su familia. Empezando por el hecho de que no le importaba cual fuera la posición de Minato, el no tenía el derecho de legarle semejante responsabilidad a sus hermanos y pensar en ellos como armas. Luego estaba el hecho de consideraba que el gran zorro de nueve colas no ameritaba en lo absoluto su titulo.

Cómo es que alguien tan poderoso se dejaba manipular de esa forma, se preguntaba el chico. La debilidad del zorro fue lo indirectamente provoco que sus hermanos fueran separados de su familia y que su madre sufriera.

En verdad que esperaba tenerlo en frente para darle una buena paliza para que aprendiera a defenderse como se debía, y que además le permitiera poder conocerlo mejor, ya que después de todo era una criatura que contaba con una experiencia invaluable.

Tenía presente que sonaba como un plan ridículo y que esa era una forma muy bruta para encontrarse con alguien, pero Naruto era de los que pensaba que peleando era la mejor forma para entenderse con otra persona. Así podía conocer que tan fuertes sus convicciones e ideales.

Naruto el remolino relampagueanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora