19. Promesas

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   Ellos bromearon, se llenaron de comida y hablaron de todo y nada aparte de las obvias zonas prohibidas. Fue casi como si no hubieran estado separados por casi tres años, retomando justo donde lo dejaron y, si algo había cambiado, entonces pasaban tiempo aprendiendo la diferencia.

  Mucho después de que la comida había desaparecido y la emocionada conversación se había apagado, Theo llevó a Liam a casa, un silencio fácil asentándose entre ellos en el auto. Theo escabulló miradas hacia su pasajero entre los brillantes faros que se aproximaban, tratando de probarse a sí mismo que realmente estaba pasando y que todo no era un sueño esa vez, que su lobito definitivamente estaba sentado a su lado… porque quería estarlo.

  Theo se tensó mientras le daban la vuelta a la última esquina hacia la calle de Liam, sin estar listo para que eso se terminara. Porque las probabilidades de ellos volviendo a la normalidad, como en peleándose o no hablando, el siguiente día en el colegio eran altas y él solo no estaba listo de dejar ir a Liam tan fácilmente esa vez. Pero, a medida que se acercaban a la casa, se dio cuenta de que no tenía elección.

  La camioneta se detuvo lentamente en frente de la familiar casa de dos pisos. La que tenía recuerdos de la infancia más agradables que el propio lugar donde vivía, a la que podía llegar con los ojos vendados y a la que siempre solía ser bienvenido, incluso si Liam no estaba ahí.

  Ningunas palabras fueron dichas mientras Liam recogía sus cosas del piso de la camioneta, solo una pequeña sonrisa y un asentimiento del uno al otro, y luego Liam abrió la puerta y saltó afuera. Theo suspiró y bajó su mirada a sus manos, que estaban agarrando el volante apretadamente.

  —¿Oye, Theo? —llamó suavemente Liam desde afuera de la puerta todavía abierta. La cabeza de Theo voló de vuelta a su dirección, sin esperar que todavía estuviera ahí parado, sin esperar encontrarlo mirando a Theo expectante y continuando una vez que tuvo la atención de Theo—¿Prométeme algo?

  Theo asintió, su corazón corriendo salvajemente en su pecho por lo que Liam posiblemente podría querer de él.

  Los fríos ojos de Liam se volvieron cálidos y abiertos.

  —¿Prométeme que dormirás esta noche?

  Él no respondió, en su vez solo miró al chico parado fuera de su auto. ¿Sabía lo que estaba pidiendo? ¿Lo difícil que sería para él?

  —Theo —insistió Liam, ojos y rostro volviéndose serios.

  —Lo prometo —sacó en un susurro, incluso aunque no tenía idea de cómo iba a hacer que pasara.

  Él solo se había sentido seguro en tres lugares después del accidente, uno de los cuales estaba afuera en ese momento y estaba apunto de dejar. Liam le sonrió, quedándose un segundo de más mirándolo atentamente. Theo trató de sonreírle de vuelta, pero probablemente salió más como una sonrisa adolorida.

  No iba a dormir en el colegio, así que esa opción estaba fuera, significando que, si quería mantener su promesa a Liam… no tenía otra opción que ir al lugar con el que todavía estaba tratando de reconciliarse, el lugar que, aunque él trataba de hacerlo a un lado, todavía hacía que su piel hormigueara.

  Theo llegó al hospital y maniobró su camioneta hacia el garaje de parqueo nocturno, deteniéndose en un sitio que estaba más alejado de todos los carros parqueados ahí. Agarró el bolso que mantenía bajo su asiento con cambios de ropa, otra licencia de conducir y una poca cantidad de dinero en caso de que tenía que irse en un apuro. Había empezado a estar preparado después de una paliza particularmente mala, guardando el bolso en el techo afuera de su ventana para un fácil acceso hasta que la madre naturaleza decidió atacar y arruinar todo adentro. El bolso había sido rápidamente reubicado, al igual que un juego de llaves de repuesto que estaban almacenadas en una caja de seguridad bajo la cama de la camioneta.

Rivals AU | Thiam {Español}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora