13. De vuelta a la realidad

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Nota de la autora: Letra de Losing Myself de State Champs usada a lo largo del capítulo.

  Liam despertó antes que el sol, su cuerpo aparentemente juzgando que había tenido suficiente descanso. Los números verdes en el reloj de la estufa leían cuatro y treinta y siete para cuando él había caminado al espacio principal, ya no siendo capaz de acostarse cómodamente. Encendió la vieja cafetera, la que él y su mamá habían traído con ellos de Los Angeles, y sacudió su cabeza al recordar la pelea que su madre había dado sobre dejarse la tonta cosa. Crujió a la vida después de unos segundos y empezó a chisporrotear mientras el agua se filtraba, tocando los granos de café y eventualmente goteando el negro néctar de la vida.

  —Te levantaste temprano hoy —escuchó retumbar detrás de él. Se volteó y dio unos pequeños asentimientos acompañados por un levantamiento de sus labios que sería lo más cercano a una sonrisa que había hecho en días.

  Recostó su cadera contra el mostrador, esperando a que la estúpida cafetera se dispersara lo suficiente para que él rápidamente robara una taza, y vio cómo su papá se movía alrededor de la cocina bostezando y sacando artículos de la refrigeradora.

  —¿Sándwiches de desayuno suena bien? —cuestionó el hombre.

 Él croó un «Sí» y regresó su atención al oscuro líquido lentamente llenando la jarra de vidrio. Los dos disfrutaron el fácil silencio mañanero, los únicos sonidos llenando la callada cabaña siendo el gorgoteo de la cafetera más lenta del planeta y el simple chisporroteo de huevos friendo en el sartén.

  Liam colocó dos tazas de café hirviendo en la mesa, al frente de sus asientos usuales, justo cuando su papá terminó de compilar las rosquillas, huevos, queso y pavo en un sándwich de rosquilla que se veía delicioso. Comieron en silencio, observando el lago a través de las ventanas en frente de ellos mientras el sol empezaba a salir. Era martes y tenían que irse ese día, tenían que volver a la realidad, y Liam no estaba tan seguro de que quería hacerlo.

  Como siempre, su papá parecía saber qué estaba pensando. Agarró su hombro gentilmente y apretó.

  —Yo me quedaría toda la semana contigo, hombrecito, si eso es lo que querías, pero ambos sabemos que tu mamá nos mataría —Liam sí sonrió entonces, sabiendo exactamente qué pasaría si su mamá tuviera que ir ahí y recogerlos. El viaje en carro a casa estaría lleno de sermones sobre dejarla y cuánto se había preocupado por sus hombres.

  —Tienen un teléfono por una razón, úsenlo —imitó en su mejor voz de Lisa Dunbar-Geyer, haciendo a su papá reír entre dientes por su intento.

  —No me casé contigo para nunca verte —su papá siguió.

  —¿Qué le pasó a mi dulce bebé que me traía jugo de naranja?

  Ambos se miraron el uno al otro y sonrieron antes de abrir sus bocas para decir la última a la vez.

  —Te amo como la luna ama las estrellas —ella era su roca, lo que los unía y siempre los mantenía moviéndose hacia delante. Era la mujer más fuerte que él conocía y estaba seguro de que su papá sentía lo mismo.

  —Bueno, ya que estamos despiertos, podríamos aprovechar para empezar a empacar. Yo limpiaré todo esto, tu ve adelante y empieza a echar todo en el auto —el doctor Geyer dijo antes de que recogiera sus platos y tazas vacías y los llevara al fregadero de la cocina.

  Liam se tomó su tiempo, lentamente recogiendo todas las cobijas, almohadas y otras cosas que habían traído de casa. Empujó su pequeña pila de ropa en el bolso que su papá había empacado y entró al baño para tomar su cepillo de dientes y otros artículos de aseo, cuando se encontró la ropa sangrienta de la pelea. Exhaló temblorosamente y se inclinó para agarrarla, haciéndole mala cara al recordatorio de lo que había hecho y pasado el último par de días. La agarró apretadamente en su mano y salió con furia a la cocina, donde estaba el basurero listo para ser llevado al auto, y la empujó hacia dentro. Su papá había dejado de limpiar el espacio comunal a su llegada y solo asintió con una sonrisa antes de volver a trabajar.

Rivals AU | Thiam {Español}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora