Betsy 72

2.8K 101 2
                                    

-¿No estas cansada de ir de compras? –le digo algo exhausta de entrar a la siguiente tienda. Gira su cabeza rápidamente y me mira confundida.

-¿Tengo que responder eso? ¿Enserio? –le tuerzo los ojos ante su sarcasmo y me apresuro a entrar a la tienda numero…. Ok, deje de contar después de la 15.

-Oh, miro estas. –dice Barbie corriendo hacia donde están las gafas. Se empieza a probar una por una mirándose en el espejo junto con sus divertidas muecas. -¿Qué tal me quedan estas? –me pregunta por unas gafas negras que le quedan exageradamente grandes. Arrugo la nariz y niego con la cabeza.

-¿Y estas? –vuelve a preguntar con otra distinta, claro que son las mismas pero en blancas. Vuelvo a negar con la cabeza y se prueba otras. Al fondo del pasillo se ven unos elegantes sombreros, y decido probarme algunos.

-Mira estos, Barbie. –le grito mientras me pongo uno. -¿Te gusta este? ¿O este? –me quito el anterior y me pongo uno diferente.

-Pareces campesina. –dice arrugando la cara y haciendo un gesto de que no los lleve.

-¿Por qué? A mí me parecen lindos y sofisticados.

-Solo si eres la reina de la hacienda. –se burla Barbie y se aleja. Tuerzo los ojos y sigo viendo que más comprar. Me entretengo en un abrigo de lana blanca. Como esos que usa la gente rica, esos que posan en las portadas. Siento mis ojos en forma de corazón y lo agarro, pero otra mano coge el mismo abrigo. Regreso a ver con mala cara y le frunzo el ceño.

-Disculpa. ¿Puedes quitar tus sucias manos. Yo lo vi primero. –le digo de mala gana sin soltarlo, ella tampoco lo hace.

-No lo creo cariño, además, te haría un gran favor. Te quedará espantoso. –dice molesta.

-Deberías estar en la sección de bolsas. Pero una muy grande que tape todo tu rostro y así le harías un favor al mundo de tener que ver ese rostro que no es para nada lindo. –me fulmina con la mirada y le hago un puchero victoriosa.

-¿Qué pasa, Betsy? –llega Barbie mirándola molesta. -¿Acaso no ves que esto no te va a quedar bien? Tu piel no combina con este color. –le dice seriamente a la otra chica.

-¿Y a ti si? –le contesta desafiante.

-Oh, querida. No me has visto sin esto. –dice señalando a su barriga. –y créeme que nos queda mucho más hermoso que a ti. Así que haznos el favor de darnos el abrigo.

-¿Qué te hace creer que voy a dejarles el abrigo?

-¿Sabes qué? ¡Quédatelo! De todas maneras te vendría bien algo lindo en ti, porque la verdad que sí lo necesitas. ¡Vámonos, Betsy! –Barbie le entrega el abrigo y salimos haciendo pucheros, pero orgullosas de no rebajarnos a su nivel. -¿Qué le pasa a esa tipa? –se queja Barbie arrugando la nariz.

-Oh, mira. –se para en seco frente a unos vestidos largos para la noche. -¿Hemos de graduarnos aquí verdad? –gira para verme y le sonrío.

-Lastimosamente sí. –respondo un poco triste.

-Lástima hubiera sido si alguien más los hubiera comprado. –responde buscando uno.

-Barbie aún falta 2 meses. Podemos encontrar mejores. –respondo viéndolos. Son lindos en realidad, pero no quiero que nos apresuremos  comprar vestidos para la graduación. No estoy muy emocionada de estudiar aquí que digamos.

-Betsy. Mamá nunca más nos dará la tarjeta, tenemos que aprovechar.

-Estamos robando.

-No es cierto. Estamos dándonos un regalo de parte de mamá por nuestro cumpleaños, por navidad, por el día de las flores, por año nuevo, por…

-Aun así es robo.

-Claro que no, Betsy. Mamá nunca nos ha dado nada, es tiempo de que nos de algo.

-Sí, pero que salga de ella.

-Sale de ella, es su tarjeta. –tuerzo los ojos y le quito la tarjeta de las manos.

-Hey. Tú también quisiste esto desde un principio.

-Sí, pero creo que estas exagerando. No tenemos que gastarla.

-No, pero podemos comprar unos vestidos más para la graduación.

-Sí, y ahí se acabará.

-Solo serán dos.

-¿Qué no lees el precio? ¿Te fijas siquiera en él? –le digo molesta.

-¿Por qué habría de hacerlo? –me dice confundida

-Porque no es nuestra plata.

-¿Betsy, acaso no lo ves? Nuestros padres se pudren en plata y sin embargo te quejas porque nos estamos comprando ropa.

-No. Me quejo porque estas comprando lo que se te venga en gana solo por el hecho de gastar la tarjeta.

-Eso no es cierto. –arruga su rostro y se pone molesta.

-¿Y porque compraste un juego de cuchillos? ¿Por qué compraste unas gafas de dicen 2012 cuando sabes perfectamente que ese año ya pasó? ¿Qué hay con el sweater rojo con adornos navideños? Odias el sweater con dibujos, Barbie. Me parece que sigues molesta porque nos haya traído aquí y quieres desquitarte gastándole la tarjeta.

-No es cierto. –dice mirando al piso. –simplemente quería desahogarme comprando lo que me diera la gana. ¿Acaso no sabes cómo estoy por dentro? Me siento culpable, Betsy. Me siento culpable de haberte separado de Rick.

-No nos hemos separada. –trato de calmarla

-Me siento culpable por haberme alejado de Ben. ¡Lo extraño tanto! – se tapa la cara con sus manos y se sienta en un banco detrás de ella. –Me siento culpable por no haberme despedido de Kim, pero sobre todo por haber arruinado nuestro baile de graduación. –se levanta de golpe y me observa un largo tiempo. –Puede que lo disimules bien, pero se perfectamente que extrañas a Rick y a Hannah, y enserio lo lamento.

-Barbie no tienes por qué disculparte. –me acerco a ella. –me alegra que estemos juntas aquí. Hubiera sido peor que nos hubiéramos alejado nosotras. –me da un inicio de sonrisa y cierra los ojos suspirando.

-¿Podemos hacer la última compra? –me mira pidiéndome permiso. Tuerzo los ojos y sonrío negando con la cabeza.

-Pero que sea la última. –salta de emoción y me abraza. –A mamá le dará un paro cardiaco.

Salimos de la tienda con nuestros vestidos para la graduación y tomamos un taxi para irnos a la casa.

-¿Crees que se enfade mucho? –me pregunta Barbie mordiéndose el labio.

-¿Mucho? Ella abrirá el infierno y nos botará en él. –Barbie se ríe y me da un codazo.

-Ay, pero que exagerada.

-Ríete no más. –le digo suspirando y haciendo mi cabeza hacia atrás en el taxi. 

LAS GEMELAS McDylanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora