-¿Por qué no me has llamado? –pregunta
-Porque estabas molesta.
-Sí. Por tu culpa. ¿Y por eso no me has llamado?
-Hanna lo siento. He estado…
-Si lo sé. Has estado con la mejor amiga de tu hermana, y probablemente yo quedo en segundo plano.
-¿Qué? -¿Acaso esta celosa? –Pero si acaba de venir. No la he visto hace… no lo sé.
-Ajá. –dice asistiendo.
-¿Acaso estas celosa? –digo divertida
-¡No seas ridícula!
Me llevo la mano a la boca, y me rio. -¡Oh por dios! Hanna estás celosa. La abrazo y le sonrío. –Sabes que siempre vas a ser mi mejor amiga. –me sonríe, y suspira.
-Lo sé.
-Idiota. –le sonrío, y nos vamos hacia los pasillos.
-Hey, Betsy. –me llaman a mis espaldas.
-Hola Rick. –le doy un beso en la boca, y su cara se enciende. Rápidamente puedo sentir mis mejillas iguales, y muerdo mi labio inferior.
-¿Me perdí de algo? –dice Hanna divertida.
-No mucho. –la miro avergonzada.
-Yo creo que bastante. –Rick sigue en silencio, probablemente avergonzado ante mi impulso de besarlo.
-¿No vas a decir nada, Rick? –le pregunta Hanna.
-Oh, sí. Uhm… -traga saliva y nos reímos viéndolo tartamudear.
-Betsy y yo somos novios. –lo regreso a ver de golpe, con una sonrisa confundida.
-¿Lo somos?
-No. Digo, sí. Bueno… no lo sé. –me mira con los ojos abiertos rascándose la cabeza avergonzado. Nos reímos y le doy un guiño.
-Sí, Hanna. Lo somos. –me apego a Rick y le doy un beso en la mejilla.
-Se lo merecen. Ya era hora que abras los ojos Betsy. Ben no te merece, el no merece a nadie.
Suspiro aliviada, y veo a lo lejos que viene Ben. Trago saliva, incómoda de lo que vaya a pensar de mí, y Rick me apega más hacia él. Ben pasa a mi lado, sin saludarme, y miro al suelo mordiendo mi labio inferior. Rick me levanta de la barbilla y me mira.
-¿Por qué agachas la cabeza?
-No lo sé.
-¿Aun te sientes atraída hacia él? –pregunta triste
-No, claro que no. Yo te quiero a ti. Perdona si no me había dado cuenta antes, pero… siento que te conozco de toda la vida.
-Es porque te he acosado toda la vida. –me dice sonriendo. Le devuelvo la sonrisa, y se acerca a mí lentamente en un cálido y dulce beso que nos une.
-Ejeem. –dice Hanna tosiendo- Aún estoy aquí.
Hago con la mano para que se vaya y no interrumpa, y oigo sus pasos que se alejan. No nos importa quienes vayan y vengan alrededor de nosotros, este mágico momento nunca lo había sentido tan increíble hasta que lo conocí a él, y cambio todo. Nuestro beso se corta por el sonido de la campana, y nos alejamos.
-Creo que nunca me cansaré de esto. –me dice en un susurro mientras tratamos de tranquilizar nuestras respiraciones.
-Espero que no. –apega su frente a la mía, y me sonríe.