Barbie 52

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 -Estaciónate aquí. NO, que no te vea, Betsy. –le digo mientras llegamos a la casa de Ben. Bueno, a una cuadra de su casa.

-Barbie, estamos a una cuadra, no nos va a ver.

-Puede que esté asomado.

-No lo está. –responde suspirando mientras apaga el carro. -¿Sabes lo que vas hacer? –me muerdo el labio inferior y la miro asustada.

-La verdad, no, pero tengo un plan.

-¿Y cuál es? –responde curiosa.

-Es un plan, y no te lo diré.

-Barbie…

Tuerzo los ojos, y la miro. –Me bajaré del auto, tocare su puerta, y le daré a Jenn esto. –le enseño la foto de la ecografía con un escrito atrás con marcador.

-¿Ese es tu plan? –Asiento divertida -¿Qué dice en la foto?

-Betsy, no seas curiosa. –me bajo del auto, y cierro la puerta despacio.

-Espera… ¿Qué pasa si sale Ben? –abro los ojos de golpe ante su pregunta, ya que no había pensado en eso…

-Uhm… probablemente saldré corriendo, y para eso tienes que tener prendido el carro, ya que huiremos de la ciudad para siempre.

-Barbie no seas ridícula.

-Entonces deja de asustarme. –le digo y me alejo del auto hacia su puerta mientras repito en mi cabeza. Que no salga Ben… Que no salga Ben… Que no salga Ben… Al segundo toque abren la puerta… Que no salga Ben…

-Bueno, no soy Ben. –Sale Jenn, y la miro confundida, pero rápidamente me doy cuenta que lo he dicho en voz alta. ¡Maldita sea!

-¿Lo dije en voz alta? –respondo asustada. Se ríe y asiente.

-Ben salió no hace mucho donde mi tío. –sonrío victoriosa gracias al Dr. James. No sabía que era el tío, pero cuando entre para pedirle un marcador para escribir atrás de la foto, me lo dijo. Así que quiso ayudar para que cuando vaya, el no este.

-Bueno… en ese caso… ¿Podrías darle esto cuando llegue? –le entrego la foto en un sobre, y sonríe.

-¿Tu primera ecografía? -¿Cómo lo sabe? –El sobre… dice que es de la clínica… -responde ante mi pregunta no formulada, pero por mi reacción formulo una. Suspiro aliviada, y la miro.

-Si…

-Yo se la daré.

-Gracias. –nos despedimos, y vuelvo al auto.

-¿Y bien? –me dice Betsy mientras me subo, y enciende el auto. -¿Vas a decirme que decía atrás?

-No. –respondo mirando por la mirada.

-Como quieras…. –seguimos en silencio mientras nos dirigimos a la casa.

-¿Rick vendrá hoy? –rompo el silencio.

-eh… no.

-Ah… -estaciona el auto, y entramos. Cada quien se va a su habitación, presa de sus pensamientos de todo lo sucedido de hoy.

Llego a mi habitación, y me paro frente al espejo. Sonrío orgullosa por lo que he hecho, y pongo mis manos alrededor de mi vientre.

-Ojala tu padre te quiera tanto como yo, pequeño Ben. –suspiro y me alejo hacia el armario para ponerme algo más cómodo para dormir. 

LAS GEMELAS McDylanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora