Betsy 88

2.3K 116 16
                                    

¡No puedo hacerlo! ¡No quiero hacerlo!

Muerdo mis labios ante mi gran decisión de presionar el botón de llamar. Suspiro con los ojos cerrados y pongo mi teléfono cerca de mi oído.

-Ya estabas demorando. –me responde enseguida. Abro los ojos de golpe.

-¿Cómo sabías que era yo? –trago saliva.

-Tengo mis tácticas.

-¡Que buenas tácticas! –digo torciendo los ojos.

-Y no son las únicas. ¿Dónde quieres hacerlo? –vuelve mi tos.

-¿Qué?

-Digo que donde quieres ir. Para hacerlo. –lo dice excitantemente pausado. Que me hace sentir estúpida.

-Yo… simplemente quería conversar.

-Con los únicos labios que quiero conversar son con los tuyos, y no estoy hablando de los de arriba.  –esta vez exploto es tos e internamente. –Sé perfectamente que te has sonrojado y eso me enciende aún más de lo que crees.

-¿Eres algún tipo de Christian Grey encubierto?

-No le voy al bondage, simplemente sexo que te asegura un pase al cielo, es lo que hay.

-Mira, yo…

-Lo sé, eres virgen. He tenido algunos casos, pero sé manejarlo con delicadeza al principio así que no te tienes que asustar.

-¿Por qué tienes que decir ese tipo de cosas? Agradezco estar por teléfono y no notes lo abrumada que estoy solo de escucharte.

-Lo noto por tu voz. Esa voz de curiosidad y placer.

-Te aseguro que solo es de curiosidad.

-¿Entonces si lo quieres?

-¿Qué cosa?

-Experimentarlo conmigo, darme ese privilegio de ser tu primera vez, pero no tú ultima.

-Ni siquiera te conozco lo suficiente. –vuelvo a tragar saliva.

-¿Tiene que ser así? –responde cortante.

-Sí.

-Pues llámame cuando estés lista, no soy de los que ruega, adiós. –corta.

OH. POR. DIOS sé perfectamente ahora cuando las mujeres rechazamos a los hombres. Me quedo atónita, abrumada y con una curiosidad y pica increíble. Miro varias veces mi teléfono sin dejar de suspirar y morder mis labios. Cierro los ojos y…

¡Mañana será otro día! Le daré el gusto de haberlo llamado y me daré la satisfacción  de haberle negado. Sonrío orgullosa y dejo el teléfono en la mesa, pero vuelve a sonar y contesto sin siquiera mirar.

-Ahora quien es el caliente? –respondo divertida.

-Eh… Betsy? -¡MIERDA! Es Rick.

-¿Qué quieres? –respondo molesta y asustada.

-Uhm… nada. –suspira.

-Debí suponerlo. Adiós Rick. –corto y cierro los ojos fuertemente apretando mi celular en el pecho. ¿Por qué ahora? ¿Por qué tiene que ser así? Cuando uno está a punto de olvidar a esa persona, pasa algo que lo cambia todo automáticamente. ¿Por qué a mí?

Me desplomo en el piso cerca a la cama y suspiro mirando al teléfono. Barbie termina de bañarse y me observa.

-¿Han hecho sexo por teléfono? –pregunta emocionada.

-¿Qué? –la miro confundida.

-Estas toda colorada y excitada, aunque un poco con cara de…

-Rick acaba de llamarme.

LAS GEMELAS McDylanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora