Llego a mi casa, y suspiro aliviada. ¡Hogar, dulce hogar! Barbie ya ha llegado y ha dejado todos sus cuadernos tirados en el mueble. Me pregunto ¿Con quién lo habrá hecho hoy? Ella nunca deja sus cosas botadas en la sala. Tuerzo los ojos y voy hacia mi habitación.
¡Qué raro! No he visto a Hanna desde el día de la fiesta, y como haberla invocado, suena mi celular.
-¿Dónde andas, que no apareces? –pregunto molesta
-Buenos tardes, también me alegra escucharte.
-¡Deja de jugar! ¿Dónde estás?
-Peor que esposo. –contesta divertida, y se ríe.
-¡HANNA!
-Ya, está bien. Estoy en mi casa ¿Dónde más estaría ahora? ¿Acaso me estas confundiendo con Barbie?
-Hanna… -la reprendo
-¿Estas con la regla?
-¡Basta Hanna!
-¿Qué? Pero si tú eres la que está con genio de perro, y yo soy la que te ha llamada. ¿Por qué no me has llamado?
-¿Acaso soy tu marido? –respondo molesta.
-Hablamos luego.
-No, espera… -cuelga.
¡Maldita sea! Ni siquiera sé porque me molesté con ella. Me desquite por lo de Rick y Ben, o simplemente me llamó en un mal momento. Suspiro decepcionada con el teléfono en la mano, y me tiro a la cama.
Vuelve a sonar mi teléfono.
-Enserio discúlpame, yo…
-¿De qué tengo que disculparte? -¡MALDICION! Es Rick.
-¡Mierda! Has sido tú.
-Disculpa por no ser quien esperabas.
-Pensé que era Hanna.
-¿Problemas amistoso?
-¿Qué quieres Rick? –constesto suspirando.
-¿Vas hoy a la fiesta?
-No Rick, no iré a tu fiesta. –tuerzo los ojos.
-Te prometo que no intentaré nada.
-¿Esperabas hacerlo?
-No, claro que no, yo solo… por favor no faltes.
-Rick… no tengo ganas.
-¿Qué puedo hacer para que quieras ir?
-Dejar de insistir. –suspira y no responde.
-¿Rick?
-¿Sí?
-Yo… no quiero que tengas un mal concepto de mí, lo que dije de Ben…
-No tienes por qué decírmelo.
-Es que lo dije porque estaba molesta… no quiero acostarme con él.
-Betsy. Sabes muy bien que te gusta, y todos lo sabemos. Por desgracia también lo sé. Solo te pido que seas muy cuidadosa con él. No es un buen tipo.
-¿Y tú lo eres?
-¡Deja de compararnos! Quizá cuando dejes de comparar a todo mundo con él, te darás cuenta de tu error. –cuelga.
¡Genial! Hoy ha sido el día de mandar a la mierda a Betsy. ¡Ven y únete y mándame a la mierda!
Me levanto sin ganas, y voy hacia mi armario.
MODO INDÍGENA: ON
Me pongo un buzo gigante, y un pantalón de pijama. Hoy será un día de descanso. Suerte que no tengo deberes, y puedo dormir todo el día sin que nadie me moleste. Me termino de cambiar, y me tiro a la cama boca abajo, y caigo en un sueño profundo.