Betsy 13

6K 188 1
                                    

 Las horas pasan volando cuando no tienes con quien follar, y haces deberes. Barbie sigue en su habitación, creo que dormida. O quizá cambiándose con algún traje de prostituta para la llegada de Ben Carson.

Una idea se me pasa por la cabeza, y sonrío. ¿Quedaré igual de ridícula vestida como puta? No lo creo. Sonrío negando la cabeza ante semejante pensamiento. Me gustaría sentirme sexy con esos bobos trajes que atraen a cualquier baboso solo para satisfacer su deseo varonil. ¡Alimenta al miembro! Lo digo simulando ser un hombre. Sinceramente no creo que puedas atraer a un hombre solo con eso.

Suspiro y cierro mis cuadernos. ¡Necesito un baño caliente! Claro que mejor sería con agua helada, porque la caliente soy yo.

Me levanto hacia el baño, me desvisto. Abro la llave y toco para ver su estado. Quito rápido la mano junto con un grito. ¡Está súper caliente! Como yo. Me alejo un poco, y vuelvo a virarla hacia el otro lado. ¡Creo que así está mejor! Empiezo a entrar a la ducha, y salto rápidamente. ¡Está helada! Empiezo a bañarme por partes. Un brazo, luego el otro. Una pierna, luego la otra. Me pare frente al agua cayendo malditamente helada, y pongo mis manos dentro, y empiezo a tirarme agua. No soporto eso y lo acompaño con saltos. ¡Lo peor de bañarse, es que sea con agua helada! Una vez ya mojada completamente mi cuerpo, viene la parte más fría. ¡La cabeza! ¿Cuándo fue la última vez que me bañe entera? Lo pienso un rato, y suspiro. ¡Me toca baño!

Bueno, a la cuenta de tres, entraré a la ducha.

1, 2, Suspiro y cierro los ojos. 3. Entro. Abro los ojos y grito. ¡GRITO! Está muy helada. Grito hasta que mi cuerpo se empieza a sentir normal dentro de ella.

Ha sido la ducha más helada que me he dado, Claro que soy consciente que está haciendo un frío del demonio a estas horas.

Me apresuro a salir, y me doy cuenta que no he traído la toalla. ¡Maldita sea! Ni siquiera pierdo mi tiempo gritándole a mi hermana porque sé que no me la pasará. Observo desnuda a los lados, y niego rápido con la cabeza. ¡Por nada del mundo saldré con ese Baby doll! Mi hermana ha dejado su Baby Doll en el baño. Es de extraños encajes negros, con estampado de leopardo. ¡Qué ridícula! ¡No me lo pondré! Voy a parecer la tigresa del oriente. ¡No Betsy! Respiro buscando una solución, algo con lo que salir hasta mi habitación. No puedo salir desnuda ¿Quién sabe si Ben pueda llegar en cualquier momento? O ¿Y si ya está? ¡PIENSA! ¡PIENSA!

¡A la mierda! Me pondré la tigresa del oriente encima.

Empiezo a ponérmelo, y resulta que está al revés. Vuelvo a ponérmelo y me miro en el espejo. ¡Definitivamente nunca me compraré uno! ¡NUNCA! Parezco una actriz porno barata. Me miro de arriba hacia abajo, y arrugo mi nariz. No entiendo como Barbie puede usarlos y sentirse cómoda. Tengo todo mi pelo mojado, pegado, y parezco lamido de gato.

Bueno, suerte o muerte.

Abro la puerta despacio, por si me ve Barbie y pegue el grito en el cielo porque me he puesto su traje sexual. No se escucha nadie, así que salgo. Me siento incómoda de salir así.

-¡OH POR DIOS! –Me paro en seco. ¡ESA VOZ! ¡NO PUEDO CREERLO! ¡ES EL! A MI ESPALDA. Trato de calmarme un segundo, sin regresar a verlo. Trago saliva, consciente de que estoy con el traje de Barbie, y que probablemente en este instante esté viendo mi trasero.

-Sabía que me sorprenderías. -¿Qué? ¿Acaso piensa que soy Barbie? ¡No puedo girarme! ¡No puedo hacerlo! ¡TRAGAME TIERRA!

Escucho sus pasos acercándose mientras susurra. –Sé que es una excelente vista, pero ¿Acaso no quieres verme? –Llega hasta donde mí, y pone sus manos en mis caderas. ¡ME DERRITO! ¡ME DERRITO! ¡LLAMEN A LOS BOMBEROS PARA QUE APAGUEN MIS LLAMAS INTERNAS! ¡BEN CARSON ESTÁ TOCÁNDOME! Ahora entiendo porque Barbie ama que la toquen. No puedo hacer nada, ni verlo. ¡No quiero que me vea y deje de hacerlo! ¿Y si viene Barbie y nos ve? ¿Y me ve así? Abro los ojos de golpe y mi respiración se acelere. Se acerca a mi oído y pregunta.

-¿Estás haciendo ejercicio?

-Uhm… no. –respondo nerviosa de que me reconozca las vez. Trago saliva. -¿Por qué?

Vuelve acercarse deliciosamente y puedo percibir su aliento. ¡Menta!

-Porque están más grandes. -¿Qué? Abro los ojos de golpe ante su mano en mi trasero. Empiezo a sudar. Sigo sin verlo. Me quedo ahí parada, siendo manoseada, bajo mi consentimiento por BEN CARSON.

Sigue acariciando mi trasero y sus labios se dirigen a mi cuello. Ladeo mi cabeza hacia un lado, para facilitarle sus besos. ¡Que no salga Barbie! ¡Que no salga Barbie! No dejo de repetir eso en mi cabeza.

-¿Quieres hacerlo aquí o en tu habitación? – vuelvo abrir mis ojos de golpe ante su aproximación. Siento su erección en mi trasero. Vuelvo a tragar saliva, y mi respiración se acelera.

-Yo… -no me deja terminar, y soy virada a la fuerza. Tan fuerte y rápido que mis ojos siguen abiertos. ¡Es tan hermoso! Creo que mejor vista que mi trasero, es esta. Me observa un rato, y por un segundo creo que me va a descubrir, pero no. Se acerca tan despacio a mi boca, como pidiéndome permiso, y me besa. ¡ME BESA! ¡ESTOY SIENDO BESADA POR BEN CARSON! Ustedes se preguntaran por mi obsesión, pero… ¡ESTOY AHORA MAS QUE NUNCA MALDITAMENTE OBSESIONADA DE POR VIDA!

Sus besos son tan cálidos y deliciosos que son como una droga. Nunca he consumido drogas, pero creo que así se siente. Sus manos en mi trasero son tan fuertes a medida que nuestro beso se profundiza, y ¡Me encanta! Mis manos se dirigen inconscientemente hacia su cuello, acariciando luego su barbilla, hasta posarme en su magnífico cabello.

Sigue el ritmo de nuestros besos, y en un rápido movimiento soy alzada de mi cintura, y enrollo mis piernas en sus caderas. Mi espalda toca la pared, y nuestros besos se hacen más calurosos, llenos de deseo. ¡Lo deseo ahora! Pero… Barbie puede aparecer en cualquier momento, y quedaré como puta. Es su chico, no mío. Quiero pararlo, pero NO QUIERO HACERLO AHORA. Quiero que siga, y vallamos al cuarto. Sigue acariciando mi trasera, luego sube a mi cintura, y llega hasta mi espalda. Vuelve a bajar hasta mi trasero, y pone su boca en la mía. Escucho un ruido en el cuarto de Barbie y me sobresalto. ¡Mierda! Dejo de besarlo, y me bajo de su agarre.

-Escucha. –lo miro. –Ya regreso, espérame en la cocina ok? –le sonrío de lo más natural para que no vea mi nerviosismo.

-¿Te pondrás algo más candente? –me pregunta jugando con mi pelo.

-Sí, no tardo. Anda. –le señalo para que se dirija a la cocina, mientras mi respiración se normaliza. Cuando ya no lo veo, me giro deprisa hacia mi habitación, y cierro la puerta. ¡OH POR DIOS! Me quedo parada a en la puerta. ¡ME HE MOJADO! ¡No puedo creerlo! Sonrío victoriosa y me muerdo el labio inferior. ¡Ha sido increíble! Camino hacia mi cama, y me tiro boca arriba de la emoción, y me quedo mirando el techo con una sonrisa de pendeja. 

LAS GEMELAS McDylanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora