María se encogió de hombros y seguimos hablando un rato más. Cuando se fue note que Natalia estaba nerviosa. Se movía el pelo de un lado a otro sin parar, tocaba su septum, movía mucho las manos...estaba muy rara.

-¿Te pasa algo?- le pregunté tumbando mi cabeza sobre sus piernas. Ella sonrió y me acaricio la cara.
-No.- dijo mirando su mano en mi cara.
-Estas rara.- afirme.
-Que va.- contesto rápido, levantándose y dejándome caer en el sofa sin mirarme al contestar.

Yo sople. No quería agobiarla, pero algo le pasaba.

-Oye Alba.- me dijo entrando otra vez en el salón ya cambiada.- Tengo que salir a hacer una cosa. Ahora vengo.
-Te acompaño.- le dije levantándome del sofá.
-No.- dijo rápido y alzando la voz. Yo la mire extrañada.- Es solo un momento. No tardo. Si no quieres estar sola ves al piso o algo. Lo que prefieras.- dijo para salir rápidamente de casa.

No entendía nada. ¿Necesitaría espacio? ¿Estaría agobiándola demasiado y quería estar sola un rato?

Le hice caso y me fui al piso. Si era eso lo que le pasaba no quería agobiarla. He de decir que estaba un poco cabreada. Me molestaba que no tuviera la suficiente confianza para decirme que quería su espacio o que quería estar sola en su propia casa, ya que era algo normal.

Decidí no pensar mucho más en ello y me tumbe en mi cama. Ni Joan ni Sabela estaban, así que estaba sola. Decidí prepararme un baño. De esos largos.

Una vez metida en la bañera puse mi lista de Spotify y me relaje. 15 minutos después recibí un mensaje.

"Pensaba que me esperarías."

Era Natalia.

"Quería darme un baño."

Le conteste.

"Yo también tengo bañera. Bueno da igual. ¿Comemos juntas?"

Me pregunto. Si lo que le pasaba era eso no quería complicárselo más, así que se lo puse fácil.

"Hoy como con Joan. A la tarde hemos quedado todos. Nos vemos ahí."

Mentí. Pero no quería agobiarla y que se hartara de mí.

"Vale amor. Te quiero."

Me contesto.

"Y yo"

Deje el móvil y seguí con mi baño. Conseguí relajarme hasta tal punto que casi me duermo. Cuando salí Joan estaba en la cocina.

-Hombre hermana, ¿Que haces aquí?- me pregunto sacando las cosas de las bolsas.
-Me apetecía venir a casa. ¿Vienes de hacer la compra?- le pregunté para cambiar de tema.
-Si. ¿Has discutido con Nat o algo?- volvió el al tema.
-No.- dije rápido.
-¿Vas a hacer que te pida que me lo cuentes cien veces o me lo cuentas a la primera?-dijo alzando las cejas.

Yo suspire. Odiaba que me conociera tanto. Cogí una manzana de la bolsa, ya que no había desayunado y me senté en la encimera.

-Es solo que creo que la agobio. Siempre estoy allí y no quiero que se canse de mi.- le dije mirando al suelo.
-¿Lo has hablado con ella?- me pregunto.
-No.- conteste rápido.
-Pues eso es lo principal. No llegues a conclusiones tu sola.- tenia razón.

Stay.Where stories live. Discover now