Maratón 1/3

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Cuando salgo de la oficina a casi las siete de la tarde espero a que venga, Andres. Ya que no quiero volver a conducir al menos hasta que tenga al bebé, no tengo un buen recuerdo de la última vez que agarre el coche. Veo que ya es de noche y hace un frío bastante helado. Siento como toca un claxon detrás mío me volteo y es mi, Andres.

-Te amo- me chilla desde la ventanilla. Veo que algunos que pasean se le quedan mirando yo sin duda sonrió como una tonta. Subo al coche y le saludo con un beso en sus labios.

-¿Como ha estado el día?- me encojo de hombros.

-Como siempre, amor ¿Y el tuyo?

-Tambien... No hay mucho que contar.

-Andres... ¿Te puedo hacer una pregunta?- el sonríe.

-Claro que si, tonta.

-Alguna vez has matado ha alguien?- él rie en carcajadas.

-No.

-Has disparado ha alguien?- el soba mi muslo y arranca el motor.

-Sí, amor soy policía, hijo del comandante de Roma. Como diría un español, soy un pez gordo.

-No, de eso me di cuenta en Italia.  Amor, he pensado en que ya le deberíamos comprar cosas al bebé.

-Yo también lo he dado vueltas. Si quieres el sábado vamos de compras para mi bebé- dice eso y me soba el vientre con cariño:- Está más grande.

-Tiene que crecer ya va para los cinco meses- digo poniendo mi mano encima de su mano.

-Quiero que se sienta ya como se mueve.

-A veces lo siento, pero es muy ligero creo que se debe por los meses.- él gira en una glorieta hacia la derecha y aparca en estacionamiento libre.

-Donde vamos?- le pregunto. Él se limita abrirme la puertezilla del coche.

-He pensado que tendrías hambre, y como desde que estás con el embarazo te ha dado por las patatas del MacDonalds te he traído.- me emociono en un abrir y cerrar de ojos. Me tiro a sus brazos y le doy besos por toda la cara.

-Gracias, pero si muero de hambre. Te amo- le agarro la mano y entro en, MacDonalds. Veo que no está muy lleno.

-Hola, Andres. Cuánto tiempo, cariño.- escucho una voz femenina.

TuyaWhere stories live. Discover now