Capitulo 11

17.4K 795 22
                                    

Entramos en un restaurante muy lujoso.

—Hola, ¿Mesa para dos?- pregunta el receptor

—Si, por favor- responde Andrés.

—Muy bien mesa veintidós.

—Mucha gracias- le digo sonriendo

—De nada señorita.- cuando nos sentamos en la mesa redonda con un hule blanco, la carta de peticiones esta en cima de la mesa.

—Muy bien ¿Que te apetece princesa?- escondo mi cara por detrás de la carta. Leyendo la carta veo los espaguetis a la carbonara.

—Los espaguetis a la carbonara.— me guiña el ojo.

—Muy bien yo pediré Bistecca alla friorentina— asiento. Él levanta la mano llamando la atención de el camarero el camarero se da cuenta y se acerca a nosotros con una sonrisa

—¿Que desean?- pregunta con acento italiano igual que Andrés.

Espaguetis a la carbonara y Bistecca allá friorentina y vino de reserva- el camarero va apuntando en una mini libreta.

—Muy bien enseguida estará su comida- él camarero me mira sonriendo y le devuelvo la sonrisa.

—Muchas gracias- respondo con amabilidad. Cuando el camarero se retira, Andrés me mira con el ceño fruncido.

—¿Que?- le pregunto.

—Parece que le has gustado- insinúa.

—Que va solo era amable.- le contesto.
—Esta bien, y dime ¿A que te dedicas?
- dice tirando su silla para estar mas cerca de la mesa.

—Soy diseñadora de interiores.

—Vaya, pensaba que eras secretaria o algo por el estilo- me río

—Bueno si no fuera diseñadora seria secretaria de alguna mierda.- ahora el que ríe es él.—: y dime ¿Como van los villanos por la ciudad?- le pregunto con chulería y sarcasmo.

—Por ahora están relajados- dice de la misma manera.

—Debe ser difícil llevar un cargo como policía- le digo.

—La verdad que al principio me se hacia demasiado complicado. Me daban pena llevarlos al calabozo o a la cárcel ya que mucho de ellos y ellas tenían familia, Pero hace unos años todo eso se paso, ahora lo que tengo que hacer lo hago sin ninguna pena ni pudor.- anonadada por su dureza.

_Vaya... Eres un cabrón- le digo riendo me y él me acompaña.

—Se puede decir que. sí.- el camarero trae un vino en una cubetera con heló

—Aquí esta vuestro vino- agarra el saca corchos y lo abre—: ¿Quieres que le sirva yo?

—No tranquilo ya lo hago yo- le dice Andrés al camarero- él camarero asiente con la cabeza y se retira.




Cuando terminamos de comer salimos de restaurante y el fresquito me da un escalofrío.

—Ten, parece que han bajado las temperaturas- dice poniéndome su chaqueta negra.

—No, Tranquilo Andrés- digo negando su chaqueta.

—Que no, no quiero que te enfermes.- dice cercándome a su cuerpo. y me susurra al oido-: pasa la tarde conmigo.

—Es lo que estoy haciendo- digo girando la cara quedando cara a cara con él- sus ojos avellana son hermosos. Me agarra la cara con sus fuertes manos y murmura entre mis labios.- Dejame besarte

No dudo en posar mis labios con los suyos. Su lengua es tan suave, hace que me estremezca.

—Quedate conmigo- susurra ¿a que se refiere a que me quede con él?- vuelve a repetirme :- qudate conmigo, pasa la noche conmigo- dice en tres besos.


TuyaWhere stories live. Discover now