No logró ver nada porque cuando se dio cuenta ya estaba tendido en el suelo, que por algún motivo parecía moverse, tenía la vista borrosa. De repente no escuchó nada más que el sonido de unas sirenas, y la voz de Hyuk llamándolo.

...

Daegunie...

Wonsik lo había llamado una vez así, y le encantó, era raro que lo volviera hacer cuando dijo que prefería "Gatito". Quiso hacerse el remolón antes de despertar a su lado después de una odiosa pesadilla.

Woonie...

Pero esa no era la voz de su novio.

Woonie despierta, por favor...

No. No lo era aunque la reconoció como la de su mejor amigo ¿Qué hacía Hakyeon en casa de Wonsik? A lo mejor estaba en su casa y no se acordaba, pero aunque se supiera la contraseña, él no solía entrar sin llamar primero.

Abrió los ojos poco a poco, era extraño lo clara que era su habitación ¿Tanto había dormido? Parpadeó varias veces hasta darse cuenta de que no era su cuarto, ni aquellas sus sábanas. Reconoció la sala llena de cortinas como la zona de urgencias de un hospital, miró a su alrededor, habían varias camillas más, unas sin deshacer y otras con personas en su mismo estado.

- Al fin despiertas... ¿Cómo te encuentras? – Escuchó a su lado, pudo distinguir a su amigo y el movimiento de cabeza lo mareó, haciendo que cayera sobre la almohada nuevamente.

- ¿Qué me ha pasado? – Preguntó con la garganta seca.

- ¿No te acuerdas de nada?

Taekwoon intentó hacer memoria, ayer mismo estuvo en casa de Wonsik jugando con las pinturas, luego despertó para ir a ese callejón y después... Abrió mucho los ojos ¿No había sido un mal sueño?

- Hakyeon... ¿Dónde está Ravi? – Éste se quedó dudando antes de responder.

- Lo han encarcelado. – Dijo muy bajito, pero de una manera que por desgracia entendió. – Nadie sabe nada más, ni cuánto tiempo y ni siquiera en qué lugar está.

- ¿Cómo es posible? Algo tienen que haber dicho. – Su amigo negó con la cabeza.

- En realidad todo es exactamente igual. Nadie conoce su identidad excepto que ahora todos saben que es un chico, y que está encerrado.

Encerrado.

No quería ni imaginárselo, una persona como él entre cuatro paredes aburridas, simplemente por poner color en la vida de las personas. Era injusto. Comenzó a sentir la misma rabia que tuvo en la comisaria, la impotencia por no poder hacer nada lo hizo querer llorar, odio intentar levantarse y que el mareo lo hiciera caer de nuevo en la camilla.

Los médicos volvieron a hacerle las pruebas necesarias, no tenía nada grabe, pero había estado con tanto estrés y preocupación que su cuerpo había desfallecido. Lo hicieron pasar la noche en urgencias, tuvo que conformarse porque no había manera de permanecer de pie sin que cayera. Insistió a Hakyeon para que se fuera a su casa hasta que al fin lo convenció con la condición de que volvería al día siguiente, necesitaba estar solo y pensar la manera de encontrar a Wonsik.


Dos meses después...


El sol pegaba fuerte en su rostro, el frío del invierno ya se había ido, pero eso no quería decir que no tuviera que abrigarse aún. Taekwoon disfrutaba de la paz en aquel parque cerca de su casa, uno donde una vez paseó con Wonsik de la mano para luego besarse detrás del árbol que ahora mismo estaba a punto de florecer. Los recuerdos dolían en su pecho, daría lo que fuera por volver a esos momentos de locura y magia junto a él.

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