18. Confuso

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Sonaba una canción navideña cantada por un grupo de chicas en la radio, mientras Hakyeon terminaba de poner los minutos necesarios en el horno. Después sacó los cubiertos y los vasos para colocarlos en la mesa, montada en este caso para nueve comensales, el número más alto para el que había cocinado.

Miró el reloj, faltaban aun un par de horas hasta que llegaran sus invitados, así que se fue a arreglar para que su madre no hiciera comentarios con su vestimenta por ser el día de navidad. Optó por una camisa azul holgada, unos pantalones negros y los zapatos de charol que solo usaba en ocasiones especiales. El teléfono le sonó en cuanto estuvo listo, su hermana le informaba de que a sus padres les quedaba poco para aterrizar, así que no tardarían en llegar.

Aprovechó el tiempo que le quedaba para felicitar las fiestas a algunos amigos, incluido Taekwoon, del que no sabía nada desde ayer por la mañana, cuando lo llamó buscando consejos que seguro preguntó con la cara enrojecida. El problema era que Hakyeon no tenía más experiencia que él en ese tipo de conversaciones, por mucho que hubiera pasado una noche con Jaehwan.

Suspiró, debía de dejar de pensar en esa noche, y mucho más ahora.

Sabía que solo hacía una semana que se conocian, pero desde que se dieron el teléfono, no habían parado de hablar, tanto por mensaje como por llamada. Quedaba con Jaerin en sus ratos libres, e incluso una tarde que salió temprano, fue a buscar a sus sobrinos a su escuela solo para verla.

Después de pensarlo mucho, decidió olvidar las palabras que le dijo Jaehwan, él no era nadie para decirle con quien estar por mucho que fuera su hermana, además ella parecía estar también interesada en él, y tenía claro que no la iba a dejar escapar. Así que sabía que aquella comida tendría su momento tenso, pues los gemelos también vendrían a la comida navideña.

Hakyeon los había invitado cuando Jaerin le dijo que pasaría esas fechas solo con su hermano, y de ese modo aprovecharía para presentarla a sus padres, ya que tenía claro que ella era la indicada, aunque aún no hubieran dado ningún paso más allá de algunos besos robados.

El timbre sonó con la llegada de sus primeros invitados, el marido de su hermana y sus dos sobrinos, para él cada vez más mayores. La pequeña de siete años lo abrazó por el cuello y el menor de cuatro lo miraba desde el suelo, levantando sus bracitos para ser cogido en brazos también.

- ¡Tío Hayon! ¡Mira lo que me ha regalado Santa Claus, es la muñeca que yo quería! – Dijo moviendo su cabecita con trenzas y colocándole la figura de la princesa Ariel delante de su cara. – A Kyu le ha traído colores para pintar.

- ¡Eso es genial! - Se le caía la baba con ellos. – Cuando terminemos de comer dibujareis algo bonito para ponerlo en mi nevera ¿De acuerdo?

Ambos niños asintieron con entusiasmo, luego corrieron hasta el sofá junto a su padre, así que aprovechó para volver a la cocina y terminar el menú, el resto de invitados estarían al caer. En cuanto hubo colocado el último platillo, escuchó a su madre entrar por la puerta acompañada de la voz de Jiani.

- Mamá, papá, me alegro de veros. – Dijo abrazando a cada uno. - ¿Qué tal por Francia?

- Preciosa Yeonie, en cuanto te cases el viaje de novios será allí.

Puso los ojos en blanco, amaba a su madre pero a veces se ponía extremadamente pesada, por un momento se arrepintió de haber invitado a Jaeri, pero ya era demasiado tarde, el timbre sonó por última vez dando paso a la preciosa chica de ojos marrones, seguida por su hermano al que vio demasiado apuesto en traje formal. Le dedicó una sonrisa, pero este no se la devolvió, no parecía estar muy contento de estar allí.

- Os presento a Jaeri y Jaehwan.

- ¡Ala sois iguales! – Gritó la pequeña Hani acercándose a ellos.

Tu toque de ColorWhere stories live. Discover now