13.Nada

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Ese "Tal vez" que contestó a Hakyeon no era ninguna mentira.

Taekwoon llevaba, desde que salió por la puerta de la casa de Wonsik, con algo extraño en su estómago que no conseguía descifrar, dudando continuamente del significado de las reacciones de su cuerpo con el pelirrojo. Odiaba caer tan fácilmente, pero el que lo besara de era manera simplemente lo hacía sentir en el mismísimo cielo, y su forma de acariciarle la cintura en cada contacto, eran los instantes más ardientes que él pudo imaginar en sus veintisiete años de vida.

Por eso quiso ser franco con su amigo, no podía mentirle diciéndole que no deseaba haber pasado a más con Ravi en su candente despedida, porque era algo que no sentía por mucho que su cabeza no quisiera admitirlo. Tampoco podía negar lo mucho que le gustó el que le contara parte de su vida a través de aquellos dibujos, pues vio en él una parte distinta, se encontró al verdadero Wonsik, fuera de sus deseables intenciones, a alguien tierno y sensible que amaba lo que hacía y había luchado por ello. Recordó su sonrisa nostálgica al mencionar a su abuela y lo mucho que había influido en su desarrollo como persona, en cómo era él mismo sin importar los comentarios de la gente.

La sonrisa curiosa de su amigo lo hizo despertar de los pensamientos que no habían cesado en todo el resto del fin de semana, por algún motivo Wonsik no había salido de su cabeza en ningún momento, y tampoco de su boca mientras le explicaba a Hakyeon el pasado sábado.

- Así que te llevo en su moto por los barrios de Seúl, mientras te contaba su vida y luego te dejaste hacer ese chupetón. – Taekwoon asintió con la cara extremadamente roja, mientras sorbía su café. – Y encima me confiesas que, si no hubieras sido idiota, habríais pasado a más.

- No fui idiota, simplemente entré en razón.

- ¿Entraste en razón?

Y en esa pequeña conversación en la cafetería, Taekwoon comprendió lo que quería decir, ya que en estas últimas semanas no solo había entrevistado a Ravi, sino que lo había conocido y besado, se habían peleado y sonreído, se habían tocado y acariciado...tal vez...

- Creo que Wonsik me gusta más de lo que pienso. - En el mismo momento que su amigo sonrió satisfecho por sus palabras, a él se le quitó un gran peso de encima, como si la gran duda existencial de su vida hubiera sido resuelta en segundos. - ¡Oh Dios! – Se tapó la cara avergonzado en cuanto se dio cuenta lo que había dicho en voz alta.

- ¿Te sientes mejor? – Notó la mano contraria en su espalda. – No es nada malo, Taekwoon.

- Lo se... pero ahora no sé qué hacer. El sentimiento no es recíproco ¿Cómo le voy a mirar a la cara?

- ¿Y cómo sabes que no lo es? Siempre me dices que no para de insinuarse.

- Lo suyo es solo físico... - Se entristeció, sabía que era así. – Él solo quiere acostarse conmigo.

- Pues conquístale, tienes todas las de ganar.

- Hakyeon. – Miró fijamente a su amigo. – Sabes que no tengo ni idea de eso, nunca he salido en serio con nadie.

Porque aquella chica con la que su familia lo hizo salir no contaba, nunca le había gustado nadie de esa manera, no sabía qué hacer, volvió a taparse la cara, se sentía estúpido.

- Mi Woonie... - Su cabeza fue acariciada como si de un perro se tratara. – Sé que lo lograrás. – Giro la cabeza y vio cómo su amigo abría mucho los ojos. - ¿Qué dirá tu madre cuando se entere de que te has enamorado de un delincuente?

¿Enamorado? Taekwoon veía aquellas palabras demasiado grandes, pero por algún motivo no terminaba de descartarlas. Luego pensó en su madre, seguramente le quitaría la poca herencia que tal vez le iba a dejar, sonrió al imaginársela cuando se enterara de que no solo había escapado para conseguir su sueño, sino que también le gustaban los hombres.

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