III War

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El corazón me golpetea con fuerza la cavidad torácica, siento, además, como gotas de sudor se resbalan por la frente, ciertamente no por el esfuerzo físico, pues el entrenamiento que me he sumido me ha preparado para alto rendimiento, si no que todo es debido al estrés que he estado sintiendo.

—Ahí está—. Susurro, jalando el gatillo del equipo de maniobras con el objetivo de impulsarme por los aires, utilizando la física enseñada para avanzar rápido, esquivando las estructuras. El cuerpo, sin embargo, lo percibo frío y pesado, sellando mi límite. —Derecho y veloz—. Repito como mantra en la cabeza.

En unas horas todos deberíamos estar comiendo algo, contando historias en un sector que encontremos para refugiarnos.

Inhalo, llenando los pulmones de oxígeno al punto de arder.

La primera señal que me alerta es escuchar, bajo mis sentidos sensibilizados a presión, los engranajes de otro equipo.

Giro la cabeza, intentando hallar quien es el dueño de tales zumbidos.

"A los enemigos hay que eliminarlos"

No pecaré de mentirosa, admito con todo el sentido que el ser humano me ha otorgado, que el miedo no ha desaparecido de mis venas, no solo es el miedo de perecer en estos momentos, no es solo la sangre de amigos, de compañeros que podría ver caer el día de hoy, es el miedo de presenciar el momento, del dolor y angustia.

Estiro la cadera, arqueando la espina dorsal para alcanzar un mayor anclaje y así elevarme, logándolo con éxito.

Es un arma de doble filo, pues ir avanzando a ras de suelo o a unos metros, aprovecho la protección de la arquitectura, pero por otra parte mi propia visión de mi alrededor se limita, sin embargo, si me alzo por los cielos puedo ser encontrada por los enemigos, pero yo igual a ellos.

Solo tengo que confiar en mis habilidades, en los meses que he entrenado.

Paseo mi vista por las calles llevaderas, gustada por el punto álgido que alcanzo por el impulso, encontrándome con la masacre que provoca Levi, esforzándose por escapar.

Inhalo y exhalo, tratando de mantener la cabeza en frío.

Cuerpos, tantos cuerpos...

Pero me siento aliviada cuando veo que la mayoría de enemigos, portando armas a distancia ancladas a su equipo, caen debido a la velocidad del capitán.

Bajo, producto de la gravedad, esperando no haber sido encontrada por nadie.

Capto el aire y valentía suficiente para alzarme nuevamente, solo que, ya habiendo visto donde se encontraban los enemigos, a una altura menor.

Ahí es donde, a la lejanía, encuentro la carreta que Eren e Historia.

Mi puesto es proteger, por lo que cuando llego a estar a unos metros, donde sin necesidad de sobrepasar los límites de los edificios los puedo vigilar, permito que mis compañeros se adelanten para retomar la posición.

El equipo avanza bajo mis pies, sobrepasándome, llegando, además, Levi.

Mas temprano que tarde, sé que no hay otra alternativa, que tendremos que manchar nuestras manos para ganar la guerra...

Espero, creo y deseo no acustombrarme jamás a las muertes, ya sea a manos de titanes o de humanos.

(...)

Por suerte hemos logrado escapar. Cada vez se nos está siendo más dificultosa la salida, las huellas que dejamos han empezado a ser obvias, y eso hace mella en nuestra salud psicológica.

Uno para el otro (Levi Ackerman)Where stories live. Discover now