XXIV Green

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—¿Le entregaste el sobre a un superior? —. Pregunta Mikasa mientras estamos todos estirando para iniciar el combate cuerpo a cuerpo. La pelinegra alza una ceja, interrogante. Lo ha dicho delante de nuestros otros dos amigos a propósito.

—¿Qué cosa? —. Como era de prever, Eren se endereza, haciendo movimientos circulares con el brazo. —¿Pasó algo? —. El único moreno no está teniendo una relación muy cercana con Mikasa, por el agobio que ha expresado anteriores veces, por ello permanece lejano.

—(T/N) el día de ayer encontró un sobre a su nombre en la chaqueta, estaba preocupada por el contenido de esta, como un secreto se escabulló. No está siendo sincera, no confía en nosotros—. Le habla a él como si no estuviese presente. Armin y yo estamos ajenos a la conversación. Estoy molesta. Presiono los labios en una línea recta.

—¿Y que decía? —. Pregunta el de ojos verdes, frunciendo el ceño, pendiente. Estoy en una cuerda sin poder decidir si ya es hora de contar con profundidad lo que ha estado pasando, dejar el misterio o simplemente esquivar el asunto. Muerdo el interior de la boca.

—La verdad es que era confuso, en sí, nada contundente—. Digo solemne. — Alguien desconocido está pendiente de los pasos en la legión y, al parecer, se ha empeñado en enviarme un collar igual a este. Puede ser una persona que haya conocido a mi madre, pero en realidad, con el comandante Erwin y capitán Levi, no hemos llegado a ninguna conclusión—. Saco de la camiseta, esta vez blanca, el collar azul. Todo lo que he dicho es cierto.

—Oh—. Alcanza a formular Armin, interesado, antes que los gritos dando por comenzado el entrenamiento empiecen.

Armin es alguien que dedica atención a los pequeños detalles, algo que sería provechoso, quizás él se ha dado cuenta de sucesos que pueden ayudar a esclarecer el asunto. Sin embargo, si me aventuro a contarle, Mikasa y Eren terminarán salpicados, y Eren y ya tienen suficiente con las amenazas que ha sufrido mi viejo amigo con el hecho de ser un titán. El asunto es más complicado de lo que parece, hay muchos planos al mismo tiempo.

La campana siendo sacudida resuena por todo el campo.

Entrenar cuerpo a cuerpo es mi panorama favorito si hablamos de entrenamiento, pues correr no es algo que me apasione, menos con estas altas temperaturas, también, Hange primero quiere confirmar que todo marcha bien con el examen de sangre antes de lanzarme a entrenamientos de alta complejidad como lo son los que vinculan el equipo tridimensional.

Afortunadamente ella y el capitán de mi escuadrón, Levi, me han dado autorización para participar.

Me toca con Jean, con quien, aunque no tengo problemas con él, no hay una relación estrecha. Tiende a soltar palabras que no van con las situaciones, una persona sin filtros. Nos colocamos en posición, donde el sol llega a su máximo esplendor. Jean sonríe de manera socarrona, con las manos en la cintura, provocando en mis unas buenas ganas de patear su trasero. Me saca varios centímetros, a su lado parezco una pulsera, soy consciente de ello, pero también no me puedo permitir olvidar las ventajas que tengo de por medio, como es la agilidad y facilidad al dar en los puntos apropiados.

(...)

—Eres demasiado impulsivo—. Digo sobre él y con la suela de la bota en su garganta. No llevamos ni dos minutos y jadea, con perlas de sudor cubriendo su rostro. —Tengo menos estatura y tengo menos fuerza, despierta, saca provecho a tus aptitudes—. Hemos pasado tiempo juntos, por las misiones y los tres años como estudiantes, más de alguna vez hemos estado en la misma posición. A estas alturas ya debe saber cuáles son mis técnicas, como yo las sé de él. Como conozco mis atributos, la agilidad y velocidad, me acomodan las llaves y los factores sorpresa, esto, obvio, es un arma doble filo, pues si en esos golpes y momentos certeros fallo, me tumbarán, y estando abajo las probabilidades de salir ilesa son mínimas.

Uno para el otro (Levi Ackerman)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon