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✿°̥࿐❛Eres la musa en el fondo de mi mente...❜
Cuando por fin llegué a su departamento toqué dos veces el timbre, no es que lo hiciese para molestar, era una manía que tenía desde chica y no podía quitármela, suspiro acomodando mi cartera en el hombro. Todas las veces que he venido aquí me pongo nerviosa; ya debería de ser una costumbre pero aun así no puedo evitarlo.
Tomo mi móvil para ver si había algún algún mensaje y así era, de mi padre y de mi hermano, decido ignorarlos para luego leerlos. Levanto mi cabeza cuando escucho como la puerta de madera de roble es abierta delante mío, revelando al chico como de costumbre con su cabello castaño revuelto hacia todos lados, su marcado torso, el cual siempre fué una tentación para mí, solía estar así siempre, nunca lo había visto fuera de su departamento y andaba siempre desaliñado sin importarle nada, sus pantalones deportivos era lo único que llevaba.
—Pasa— dice con su típica voz fría, le hago caso mientras él deja la puerta abierta y camina al interior, cuando veo su espalda es cuando me doy cuenta que en su cuerpo y pantalón trae rastros de pintura, al igual que en sus manos, tal vez estaba pintando o dibujando, desde que lo conozco nunca para de hacerlo.
Cierro la puerta detrás de mí y dejo como es de costumbre mi bolso en el perchero que está a un costado, me saco la bufanda y el abrigo, hoy increíblemente nevó, y hacía un frío descomunal, aún más de lo normal. La casa de Shawn por suerte es cálida y no puedo quejarme, lo busco con la mirada pero no lo encuentro.
Es raro el departamento la única habitación que tiene es el baño, luego todo era solo uno la cocina, el living y el dormitorio, me gustaba era lindo, aún más lindo que la residencia de la universidad, todo, lo que más me gustaba eran los ventanales que daba hacia la vista de la ciudad, más cuando se veía de noche, justamente siempre me llamaba a altas horas.
Afirmo mis sospechas de que Shawn estuvo pintando cuando veo todas sus cosas tiradas en el centro del suelo del departamento con algunos bocetos de paisajes, era un lió, solía ser así siempre pero no me molestaba, miro la carpeta violeta de gran tamaño que es la que siempre llama mi atención porque es en donde el castaño guarda todos mis dibujos, él nunca me pintó siempre me dibujó, con un lápiz y una hoja y yo delante de él desnuda; sabía que el podía hacer magia.
—Ya puedes ir al baño — me sobre salto cuando veo a Shawn salir del cuarto de baño aun con su torso desnudo y su pantalón holgado un poco más abajo de la cintura.
Camino en silencio pasando a su lado hasta llegar al baño, no es que era algo incómodo, ya era algo cotidiano, lo hacía por dinero, lo necesitaba, el me paga por ser su musa, aunque debo de admitir que antes se me hacía incómodo.
Una vez adentro cierro la puerta y me dispongo a desnudarme despojándome de absolutamente todo, dejo toda mi ropa sobre la mesa del lavado doblada y me pongo la bata que Shawn me había comprando, era de tela de seda brillosa color crema, me ato el cinturón en la cintura cosa de que no abre y me veo al espejo acomodando mi largo cabello, no me quejaba de mi cuerpo sabía lo que tenía y lo apreciaba como cada mujer debería de hacerlo pero era casi imposible, cuando estoy lista me dispongo a salir.
