Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
✿°̥࿐❛Algunas cosas están hechas para ser secretas y no ser escuchadas Si te lo digo, sólo guardalo y no digas nada Sí, cuando todas las puertas se cierren, se pondrá intenso Porque todos estos cuerpos están esperando volverse adictos al sonido.❜
—¿Sabes cocinar?
No.
—Tienes que saber, eres mujer, cariño. Si no, ¿cómo alimentarás a tu marido?
Aun ni he llegado a los 20 años, madre.
—Deberías de tomar clases se cocina. De hecho hay cursos en el edificio que esta por la casa de tu tía.
Nunca, quemaría el lugar completo. Prefiero comer, muchas gracias.
—Te meteré en clases de cocina. No me importa si no quieres, tienes que aprender. ¿Me estas escuchando?
Suspiré por milésima vez mientras escuchaba a mi madre gritar desde la cocina. Estaba mirando la televisión pero no me consentraba cuando ella no dejaba de hablar.
—Si mamá.
El problema es que mi madre es una gran cocinera pero no se le da el enseñar. Mi padre es dueño de un gran restaurante y es el chef también, lo cual lo mantiene muy ocupado. Mi hermano mayor hace unos meses terminó su carrera como chef y está viajando por todo el mundo. Ni uno de ellos quieren ayudarme y en realidad ni yo quiero aprender. Ellos esperan a que yo siga los mismos pasos que mi hermano.
Malas noticias, no se cocinar. Hasta quemo el agua.
—Si escuche todo lo que dijiste.— contesté otra vez. Siempre dice lo mismo. Gracias a Dios en la preparatoria nunca me metieron en clases de cocina. Estoy por entrar a la Universidad pero no tengo la menor idea que carrera tomaré. Hay algo que a mi me encanta pero estoy segura que mis padres no lo aceptaran.
—Hablo enserio, hija. —Mi madre dijo saliendo de la cocina, ahí es cuando noté que traía una carta en las manos. —Decidí meterte en clases de cocina estas vacaciones. Solo serán tres meses.
Maldición.
—Pero...
—No, ya te metí.— Mi madre dijo mientras levantaba mi plato de la mesita que estaba enfrente de nosotras. —Me fue fácil meterte ya que un amigo mío trabaja ahí. Aparentemente el será tu maestro.
Matenme.
—¡Mamá! — grité algo enojada —se supone que buscaré un trabajo, necesito ahorrar.
Ella rodó los ojos regresando a la cocina, mientras yo me levantaba y la seguía. —Olvídalo. Tienes todo, no es necesario. Además Dez, tu maestro, dijo que de vez en cuando venderán la comida que hagan. Así que ganas y aprendes al mismo tiempo, ¿no suena genial?
