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✿°̥࿐❛Estoy preparado para contarte una historia Soy alguien que te ama, quiero decirte que estoy arrepentido Y, cariño, solo escucha, no te preocupes Podríamos hacer historia ¿Por qué no dejas que tu alguien sea yo?❜
—¿Y si te contara una historia? Donde el protagonista es un chico tímido y reprimido con deseos de algún día convertirse en un gran artista, tal vez ser la inspiración de otra persona como él, ¿y si te dijera que ese chico se convierte hoy en un hombre que consiguió más de lo que imaginaba? ¿y si te dijera que ese alguien soy yo? —suspiré. —20 años mamá.
—Creo que nunca encontraré las palabras correctas para expresar lo orgullosa que me haces sentir. Yo siempre supe que serías diferente a cualquiera, yo nunca me equivoco —sonrió ante el ligero toque de narcisismo en sus últimas palabras.
—Me preguntaron qué me hacía mantenerme humilde, tú veniste a mi mente y eso fue lo que dije. —me arrodillé frente a ella sosteniendo sus manos en su regazo. Ella es mi chica favorita. Si contar a Liyah, claro.
Una lágrima se deslizó por su hermoso rostro ante la confesión.
20 años.
8 de agosto del 2018.
Es cierto que la edad es un número pero cuando el número cambia para entrar a la fase de pronunciación distinta se sabe que es algo más que un año más de vida y eso inicia la etapa de lo preocupante, aunque es cierto que nadie mayor de treinta años disfruta crecer, yo me sentía al tope en una escala de extasiado.
—¿Cómo es posible que el pequeño niño que se la pasaba corriendo de un lado a otro cuidando siempre de su hermanita pequeña hoy sea todo un hombre?— lágrimas no tardaron en rodar por sus mejillas luego de apenas poder terminar la pregunta.
—Mamá, yo siempre seré el pequeño Shawnie y eso es indiscutible. Quiero verte feliz hoy más que nunca ¿crees que podrías hacerlo? —animé.
—Tienes toda la razón, —quitó rastro de lágrimas de su cara. —creo que es momento de salir.
Tomé su cálida mano para luego conseguir que se pusiera de pie, se veía realmente hermosa con ese vestido azul que provocaba un realce más notorio a sus ojos.
Me puso tras el reflejo del espejo que se ubicaba a mi derecha posicionándose detrás de mí.
—¿Se lo dirás?
—No sé de qué hablas madre.
—Nunca has sido tonto Shawn... Y mucho menos bueno para mentir —sonrió voltéandome enfrentándola cara a cara.
—No creo que sea el momento oportuno —suspiré dandome por rendido a mis faltas de no ceder a su apelación.
—Disculpa, ¿qué día es hoy? Porque que yo recuerde hoy no solo cumples años, son veinticuatro plenas horas de hacer lo que se te pegue en gana y nadie tiene derecho alguno de recriminarte nada —pausó. —claro, mientras sea legal, corazón.
