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✿°̥࿐❛Porque justo ahora, quiero perderme en este momento Mantener ambos ojos abiertos No hay nada que probar, vamos a mantener esto entre nosotros mismos Y sí, la des-conexión ha llamado mi atención❜
—¡Tenemos que ir! —mi amiga Iris dijo cruzando las manos. —Tal vez esté ahí Mendes, quién sabe.
Rodé los ojos por milésima vez.
Desde que admití que se me hacían lindos sus ojos mieles, piensa que tengo algúncrush con ese chico. Además de que un día fue mi pareja de clase de química, según ella no dejaba de mirarme pero yo nunca lo noté.
Y no está más que aquivocada.
—No me importa si va Mendes, no iré. —le dije colocando el último nuevo volante en la pared de la escuela. Decidí quedarme después de clases para ayudar en cualquier cosa que la señorita Endreson necesitara.
Usualmente mis padres no están en casa lo cual me hace sentir sola por lo que me metí a un pequeño club de ayuda ya sea a los maestros o a alumnos con sus tareas.
Nerd, lo sé.
—Oh vamos —mi amiga dijo dándome otro volante mientras caminábamos a otro lugar donde colocar más anuncios del carnaval que darán en la escuela. Una organización para ayudar a niños con autismo donde se recaudará dinero para donarlo. —hazlo por los niños. Tú sabes, necesitarán ayuda para organizar el evento y tú conoces de eso.
Suspiré y me encogí de hombros.
—Lo pensaré. Quién sabe si mis padres me dejen.
Ella volvió a rodar los ojos dejando a la vez salir una pequeña risa.
—Ambas sabemos que a ellos no les importa y te dejarán salir.
Volteé a mirar a la cara algo irrita por su insistencia ya que lleva todo el día haciendo la misma pregunta.
—Iris, déjame pensarlo. Tal vez tenga que cuidar al pequeño Charlie.
Suspiró haciendo un puchero.
—No quiero ir sola, créeme, te divertirás mucho.
—Señorita Edwards y señorita Millers, ¿podríamos hablar un momento? — escuché la voz de la maestra Endreson. Me sentí aliviada porque haya interrumpido mi conversación con mi insistente amiga, ya no tendría que discutir con ella por más tiempo.
Iris y yo asentimos, ambas seguimos a la maestra. Una vez que entramos a su salón, caminamos y tomamos asiento enfrente de su escritorio. La maestra suspiró, se sentó y pasó una mano por su cabello.
—Quería preguntarles si podrían ayudarme con el evento que tendremos el viernes.
Fruncí el ceño mientras mi amiga dejaba salir un grito de entusiasmo.
