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✿°̥࿐❛Nos agarrábamos de la mano empezó lento, y se sintió como una eternidad Dije que se sintió como una eternidad porque sabía entonces que eramos más que amigos Dos lados de la historia en nuestra defensa y lo he dicho una vez, lo digo otra vez Y solo terminará quemándome.❜
Noviembre 27, 2017.
12:15 a.m.
Una vez más dejó salir un suspiro. Su mano pasando por su cabello. Podías ver lo estresado que estaba, mientras fruncía el ceño en concentración y mordía su labio en pensamiento, antes de lamerlo lentamente por lo resecos que estaban. Sus ojos vuelven rápidamente al mirar algunos papeles que tenía en la otra mano.
—Nueva York. —susurró Shawn, su voz era ronca y lenta, pero tal vez era por el cansancio de estar bastantes horas trabajando. Sus ojos se cerraron por un momento antes de dejar caer su cabeza hacia atrás con un gruñido al sentir un gran dolor de cabeza.
Después de todo, no había comido una vez más, no queriendo gastar tiempo. Su respiración poco a poco fue alentándose. Por la mente estaba pensando varias cosas. Desde pedir un boleto a Nueva York para mañana. Hasta cómo le iría en la junta con unos ejecutivos muy importantes. De pronto el castaño recordó que también necesitaba llamarle a su madre, después de todo había llamado dos veces el día de hoy pero estaba demasiado ocupado.
Shawn lentamente tomó su teléfono. No estaba preparado para escuchar como lo regalarían al no contestar sus llamadas o el por qué aún seguía en la oficina después de la madrugada pero necesitaba decirle algo.
—¿Shawn? —su voz era dulce y suave, aunque podía escuchar algo de preocupación en ella. —¿Qué no es madrugada por allá?"
Sonrió sabiendo que su madre diría eso. —Hola, mamá. Me encuentro bien, gracias por preguntar.
Su madre dejó salir una carcajada antes de hablar. —Lo lamento, es que... Espera, ¿aún sigues en la oficina?
Rodó los ojos antes de levantarse de su silla. Caminó en dirección a la ventana mirando desde el piso más alto, la hermosa vista de la ciudad de Los Ángeles.
—No, estoy en casa.
Una vez más mintió. No quería que su madre se preocupara, aunque no sabía si ella creería su mentira. Shawn puso una mano contra el vidrio, recargandose, mientras agachaba la cabeza.
—Creeré que estás diciendo la verdad. —su madre dice con un poco de angustia en su voz. —¿Cuándo vendrás a visitarnos? No has venido desde Día de Gracias. Dime que vendrás para Navidad, Raul.
