cinco.

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CAPÍTULO CINCO.

Primer amor.

Aquel día me miré al espejo y reflexioné sobre aquellas dos palabras. ¿Estaba enamorada?, ¿Era eso lo que me pasaba?

Mis sentimientos eran una bomba de relojería, una caja de Pandora que ni si quiera yo misma era capaz de controlar. Aunque eso era decir poco, pues el problema era que no sabía por donde cogerlos.

Sin embargo a mis casi doce años de edad, comenzaba a vivir en ese momento en el que la realidad, (la amarga y cruda realidad), empezaba a hacerse presente en mi vida, al mismo tiempo que con pasos de ciego abandonaba la fantasía sobre la que crecemos. Ese cuento que construyen nuestros padres con la vaga excusa de protegernos, pero que no nos ayuda cuando se trata del mundo real. El mundo real es distinto a ese camino de nubes por el que había creído andar durante años. Pero se equivocaban, pues mis ojos cada vez veían el más allá con más nitidez. Un más allá libre de todas esas cosas con las que nos adoctrinan desde niños.

Quizá se trataba de ideas demasiado distorsionadas como para entenderlas, pero la curiosidad por conocer; por saber todas esas cosas que me habían quitado desde niña y que ahora, hubiesen hecho mi vida algo más fácil, era algo que necesitaba.

— ¿Crees que Pablo es el primer amor  de Miriam? — Le pregunté a mi hermano mientras me sentaba en el sofá a su lado.

Había dejado de contar los días que faltaban para empezar el instituto, pues no sabría decir cuando, pero en algún momento, había dejado de hacerme especial ilusión. Para ser sincera, toda mi vida parecía haber girado por completo y ahora no sabía cómo ubicarme. Me sentía extraña en mi cuerpo; en mis pensamientos. Como si viviese montada en una montaña rusa que hacía un viaje tan rápido y largo que había perdido la noción del tiempo.

Joaquín se encogió de hombros. — Son novios, ¿No? —Preguntó, como si nada. Aunque para mí sí era algo. Sabía que iba a decirlo, que iba a pronunciar aquellas palabras, pero aún así, me producía, una vez más, un dolor de estómago incómodo y nervioso.

— Sí. ¿Eso es el amor?, ¿Ser novios?

Tenía entonces la esperanza de que mi hermano me respondiese que sí, que se trataba simplemente de eso, ya que entonces significaría que yo no estaba enamorada de ti y que todo volvería a ser como antes; que entonces entendería que mi lugar era ser simplemente la amiga de la protagonista de la película y no el chico guapo con el que acaba al final.

Porque era ese el problema, que yo no era un chico, y si no era un chico, la ecuación entre tú y yo no tenía resultado alguno.

— Puedes querer a alguien de muchas maneras. El amor no es simplemente ser novios. — Respondió mientras bajaba el volumen a la tele y me miraba como si supiese que detrás de mi pregunta, había algo más.

Pero no era solamente 'algo más', sino que junto a todas mis preguntas, a todas mis verborreas sin respuesta, a todos mis pensamientos, a todas mis emociones frente a las cuales tú eras la protagonista, había un mundo entero. Porque el amor no era simple. El amor era y es complejo. Sentir por una persona es darle el control sobre tu corazón. Dejar que haga que lata rápido cuando está cerca, y lento y lánguido cuando está lejos.

— ¿Y qué es?, ¿Qué es el amor?

Joaquín frunció el ceño. Creo que se esperaba que le hiciese otro tipo de preguntas, y además creo que no era su papel responder aquello, pero desde que mis padres se habían divorciado, él había ejercido el rol de padre, madre y hermano para mí.

— Pues... Está el amor fraternal, que es lo que yo siento por ti; el amor paternal, que es lo que papá y mamá sienten por nosotros, el amor de la amistad, que es lo que puedes sentir hacia un amigo o amiga, y el amor romántico, que es lo que sienten un chico y una chica cuando se enamoran.

si fuese fácil.  // Wariam.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant