Capítulo 18. El corazón delator: Mensajes.

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El día se había ido bastante rápido luego de que Mike me había dejado, pensé en contestarle a Sherlock o no, pero el mensaje lo había enviado a las 8:00 a.m. Y yo estaba intentando contestarle a las 8:00 p.m.

Me reí, cómo era posible que yo quisiera contestarle muchos después, aun así, pensé en que no tenía nada de malo si correspondía el mensaje y si era John no contestaría, suspire, y tome mi celular.

Mañana salgo de aquí

BC

Iba a dejar de nuevo mi celular sobre la mesita de noche que estaba cerca de mi cama, cuando el teléfono volvió a vibrar.

Tengo muchos datos

SH

¿Encontraste algo nuevo?

BC

Muchas cosas, pero no he podido

Abrir la cajita.

SH

¿Crees que tenga algo que ver con su familia?

BC

Dudo mucho que sea de su familia

SH

¿Qué? ¿Por qué?

BC

Argh, ya me harté

SH

¿De qué?

BC

Ya no me cayeron mensajes, supuse que se había hartado de hablar conmigo, me encogí de hombros y me di la vuelta en la cama, entonces cayó la llamada, Sherlock Holmes me estaba llamando, enarqué las cejas mientras contestaba.

-Pensé que te habías hartado de hablar- Escuché como él suspiraba.

-Contigo no- Ahora yo había suspirado- Para ser sincero, pensando bien las cosas tengo dos hipótesis con mis datos recolectados, los folders que John le dejo a Mike contenía la mayoría de la información.

-Sí estuve leyéndolos, hubo algo que me llamo la atención- Un ruido de una puerta se escucho al otro lado- Alan era un hombre que se llevaba bien con todos los socios, pero existían, diferencias entre él y su esposa.

-A eso iban referidas mis hipótesis, una es: Alan era un hombre muy alegre fuera de su casa sin embargo dentro de ella era un odioso. La segunda: Alan era una fachada de pasividad, pero un ser en extremo violento.

-Lo que garantizaría que tuviese enemigos- Asentí levemente, escuche que la lluvia comenzaba a caer de nuevo.

-Exacto, punto para Bri- Hice una mueca extraña con mi rostro, un silencio incomodo invadió la línea, ni él ni yo sabíamos qué decir.

***

POV Narrador

Ninguno de los dos colgaba la llamada, a pesar de que no tuvieran de que hablar, Sherlock estaba arropado en su cama, la lluvia había comenzado a enfriar el ambiente, haciendo que la casera encendiera la calefacción.

En la habitación del hospital mantenía caliente a la pequeña, las sabanas eran lo suficientemente gruesas como para darle un ambiente agradable junto a la temperatura interna del hospital.

My Deception (Sherlock)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora