Capítulo 9. El caso del corazon delator: The boltons, Chelsea.

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Mi alarma sonó justo a la hora, la exactitud de mi celular era demasiado molesta en ocasiones, escuche como la lluvia continuaba cayendo, seguramente había parado en el resto de la madrugada y de repente había vuelto. No me extrañaba que muy pronto las calles estuvieran cubiertas de nieve, aunque era obvio era diciembre y junto a la navidad Londres se helaba más de lo normal.

Fruncí los labios, no sabía qué ponerme, con esa lluvia ni siquiera tenía ánimos, debía tener algo para la lluvia por ahí en las cajas que Sherlock había arreglado, saqué una camisa gris manga larga junto con un pantalón negro stretch, unos botines color negro con una suela de tenue color café, sonreí un poco cuando tome un gorro negro que tenía una bola de lana desordenada encima, me miraría medio hípster, pero, solo sería mientras el clima estuviera incesante. Salí de mi cuarto para dirigirme a la ducha en el segundo piso.

***

Estaba terminando de prepararme un sándwich para poder desayunar, sentí estrujarse mi estómago al recordar que Richard Brook me había mandado un mensaje, realmente no sabía si ir o no a la Torre de Londres, suspiré mientras mordía mi comida, me senté frente a la mesa intentando relajarme.

-Buenos días- dijo Farrah, de golpe mi apetito decidió irse al multiverso- ¿Puedo preguntarte algo?

-Asentí levemente- Sí- conteste de mala gana.

- ¿Qué intenciones tienes con Sherlock? - Pero qué diablos, fruncí mucho mi ceño.

- ¿Perdón? - la mire fijamente.

-No te hagas la idiota, contesta lo que te pregunte- ella se sentó frente a mí, aparto un poco el microscopio y alzo sus cejas.

-No tengo ninguna intención, además si fuera así ¿Qué te importaría a ti? - pestañee lentamente.

-Ella se rio entre dientes- Me importa porque Sherlock es mío- yo me reí- Yo lo quiero, y lo que quiero lo obtengo. Así de simple- Se cruzó de brazos mientras se recostaba en la silla- Y tu realmente necesitas un poco más de altura para poder estar con él- arrastro las palabras como si fuera una serpiente.

-Sherlock no es de nadie- conteste, mientras meditaba en mi "altura", al menos yo no era una perra- ¿Ves ese vaso? - pregunte señalando un vaso que estaba en el aparador. Ella asintió con extrañeza- Esta igual de vacío que tu cerebro- ella entrecerró sus ojos.

- ¿No te has puesto a pensar que tal vez solo te usa? - me levante sin prestarle atención- Llegara un momento que él se aburrirá de lo que sea que hayan estado haciendo, necesitará probar algo nuevo, algo distinto, porque a ti ya te probó... Así es Sherlock Holmes, bota lo que ya no le sirve, se vuelve frio con lo que no le importa, desprecia lo que no lo entretiene- lavaba mi plato mientras la escuchaba- Y te digo algo- se rio suavemente- Eso nunca me paso a mí.

Me salí de la cocina a la sala de estar sin prestarle más tención, aunque muy en el fondo, sí se había estremecido algo en mi interior.

***

Entre a mi oficina de Scotland Yard, después de dejar hablando sola a Farrah había salido directo a la calle para empaparme toda, tome un taxi y llegue a la hora exacta de entrada.

Mantuve activa la calefacción, mi cuerpo estaba demasiado frio, como para dejar la temperatura ambiente. Medite mucho en el caso de las empresas Gardner, solo había sido un asesinato, y aún no habíamos investigado por completo a la víctima. Fruncí los labios, qué era lo que no habíamos tomado en cuenta, aún faltaba ver lo que nos enseñaría Harry en la tarde, luego de eso, tendríamos que buscar a la esposa y al hijo, supongo que eran los pasos que al menos yo tomaría.

My Deception (Sherlock)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora